Pare de sufrir

Por Pedro Canelo. Enviado especialBrasilia. Como si fuera un prócer argentino de la libertad, Lionel Messi corre alocado hacia una esquina del campo del estadio Mané Garrincha. El ?10? albiceleste se ha convertido en un eufórico jefe de barra. Grita con todo el alma y le pide a las tribunas que hagan un coro perfecto porque Argentina le ha ganado 1-0 a Bélgica y ha clasificado a una semifinal mundialista por primera vez en 24 años. Este festivo Messi levanta los brazos y parece sentir su primera sensación de alivio en tres semanas de competencia. Esa enorme maleta que carga sobre los hombros el jugador del Barcelona está menos pesada. Algunas piedras de este equipaje de mano han sido lanzadas al vacío. Leo se ha encargado de hacerlo, es el ?Aquiles? de esta obra épica. Es el hombre que hoy tiene los pies ligeros.Ganó Argentina, la figura fue Higuaín con su imprevisto golazo, pero el hombre que encuentra la paz es Messi. Cada vez está más cerca de cumplir lo que estaba escrito para ser un futbolista inmortal. Y con esa tranquilidad de una misión casi cumplida, Lionel puede encontrarse con la mejor versión de sí mismo. Ha vuelto a correr desde el miedo hasta hacerse inalcanzable, ha recuperado la gambeta y ese pase simple para encontrar el gol. Ante una selección belga tímida y sin convicciones, Leo jugaba como un niño feliz, despreocupado y sintiéndose dueño del parque de diversiones.DIABLOS ?COJOS?

Bélgica tiene un equipo de primer...

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