La Parada y Tierra Prometida

Por Raúl Castro Stagnaro. *Lo primero que se nos viene a la memoria al referirnos al antiguo mercado mayorista de La Parada es la imagen de un grupo de peruanos, en su gran mayoría provincianos, que en terrenos donados por la familia Cánepa empezó a comercializar productos perecibles, verduras y tubérculos allá hacia 1945. Estos comerciantes crearon sus propios puestos de trabajo, ocuparon canchones y corralones para ejercer su oficio. Eran los primeros emprendedores.Al aumentar la demanda, llegaban más camiones a La Parada, nuevos comerciantes se instalaban ya no solo en corralones. Ahora ocupaban también la vía pública. Varias calles de La Victoria fueron tomadas por una mayor cantidad de comerciantes y, además, la oferta de servicios y negocios se diversificó: tiendas de abarrotes, de telas, de prendas de vestir, pero también llegaron las cantinas, los bares, la prostitución, las drogas y la delincuencia.En la década de 1960, Luis Bedoya Reyes, como alcalde de Lima, inició un importante proceso de ordenamiento, modernización y planificación de la ciudad. Edificó el nuevo Mercado Central de Lima, amplió calles y avenidas, inició la construcción de la Costa Verde y construyó la gran arteria de la ciudad: la Vía Expresa. El golpe de Estado de 1968 del general Juan Velasco truncó ese gran proceso transformador.Al inicio de la década de 1990 se empezó a construir lo que hoy conocemos como el mercado mayorista de Santa Anita, al que serían trasladados los comerciantes mayoristas de La Parada, pero tuvieron que pasar dos gestiones, dos alcaldes de Lima en un total de 11 años, para que recién se tomara la decisión del traslado.La historia de las ciudades del país, a excepción del período del doctor Bedoya Reyes, está marcada en los últimos sesenta años por el desarrollo desordenado. Los servicios públicos locales suelen ser ineficientes, muy onerosos y escasos, como transportes públicos, seguridad, infraestructura pública o mercados. La Parada no escapa a esta historia de desgobierno. Es un caso típico de desorden y caos, ocasionados, hasta hace poco, por la ausencia de una autoridad con objetivos claros, una visión...

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