Papás devastados por el crimen

Por Eliobaldo berrúPadre de menor asesinadoDice Santos Tello que el amor de un padre va creciendo a medida que los hijos van haciéndose grandes. Sentado en un sillón de su pequeño y ordenado departamento en La Molina, explica que ese sentimiento crece tanto que en el algún momento se hace infinito.Desde que murió su hijo Daniel, este contador de 50 años va a su habitación antes de cada amanecer para reencontrarlo en el olor del pijama que seguiría usando si un desquiciado con capucha solo se hubiese llevado la camioneta y el resto de cosas. Fue hace un mes, frente a la casa de sus abuelos, en San Juan de Lurigancho, justo la misma noche que terminaba de celebrar en familia sus 17 años. Tres delincuentes asaltaron a los Tello Samamé. Uno apretó el gatillo dos veces: lo que condenó a Daniel fue tener solo S/30. Santos, que lo acompañaba a la escuela y lo recogía de las fiestas, nada pudo hacer para protegerlo. Le duele que haya sido delante de él. La culpa lo carcome. No lo deja respirar tranquilo.A Fabrizio Román Rochabrún (18) le llegó la muerte apenas cinco días antes que a Daniel Tello. Las noticias informaron al día siguiente que este estudiante de Diseño de Videojuegos acompañaba a su amiga de clases hasta su casa en San Borja. Lo que siguió es una imagen repetida: de un auto descienden dos delincuentes, apuntan con sus armas, arrebatan lo que pueden y disparan. La bala entró por la frente de Fabrizio y, en su cerebro, causó una herida que se abrió como un torbellino.En seis meses, Félix Román dice haber quedado huérfano y deshijado. Huérfano porque perdió a su adorado padre. Deshijado por la partida de Fabrizio: para la gramática, nada más un adjetivo en desuso, pero para los peruanos que ven morir a sus hijos de la peor forma es una palabra fatídicamente vigente.?Todos los días hablo con mi Fabrizio, pero extraño su presencia física. Era más serio con él y siempre había respeto. Bueno, me contradecía. Hasta los 20 están muy pegados a la madre, después se vuelven socios del papá [risas]?, dice Félix, un técnico en mecánica eléctrica que en toda la conversación, en su casa de Lince, no se ha quebrado. Lo que lo sostiene es la respuesta a esta pregunta: ¿si el amor es eterno, dónde está el amor de mi padre y el de mi...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR