Los palestinos que espían para Israel: un crimen imperdonable

Por PILAR CEBRIÁNDesde JerusalénEs el ejército silencioso de Israel: hombres y mujeres de Gaza reclutados para filtrar información a los servicios de inteligencia israelíes. Son los ojos y los oídos del país hebreo sobre el terreno, el medio para llegar hasta donde su maquinaria militar no tiene acceso. Sin ellos, la ocupación israelí no sería posible. Es por esto que ?el peor crimen en Gaza? es castigado con la pena capital. Durante la última guerra, 18 colaboradores palestinos fueron ejecutados en las calles de la franja de Gaza. Un día antes, el Ejército israelí había llevado a cabo una gran operación, un bombardeo que acabó con la vida de tres importantes comandantes de Hamas.¿Pero quiénes son estos colaboradores? ¿Qué lleva a un ciudadano palestino a trabajar para los servicios de inteligencia israelíes? ?Normalmente Israel los recluta a través de amenazas o de extorsión?, cuenta a El Comercio Kayed Hamad, director de la única asociación que presta ayuda a antiguos informadores en Gaza. La inteligencia israelí estudia los puntos débiles de quienes le interesan. ?Los chantajean con el tratamiento médico de sus hijos, con retirarles el permiso de trabajo o con hacer pública su homosexualidad?, explica Kayed. Incluso, algunos cruzan a Israel para recibir entrenamiento, aprender técnicas de espionaje, o colocar artefactos explosivos.Sin embargo, las consecuencias son irreversibles y, cuando son descubiertos, el honor de sus familiares queda manchado para siempre. ?Es un crimen imperdonable. Por eso, luego de ejecutarlos apuntan a las familias?, cuenta Kayed. Todos ellos son repudiados por su comunidad. Sin acceso a empleo o vivienda, muchos acaban viviendo en la indigencia. ?Las familias no tienen ninguna culpa?, explica Kayed, quien lucha desde hace años para romper este tabú. Para ello, solicitó a Hamas una lista de los colaboradores y conocer así los apellidos de las familias. Tras la negativa de las principales organizaciones de caridad de la franja de Gaza, recauda algo de dinero para proporcionarles comida, alojamiento y empleo.Reclutamiento forzadoSherine, una mujer gazatí de 48 años, nunca imaginó que varios agentes del Shin Bet (la inteligencia interna israelí) la reclutarían en la habitación de un hospital de Tel...

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