El opositor furtivo de los gobiernos

Por Analista político

El coronavirus no es solo una nueva amenaza de muerte para la humanidad, sino, por su expansión y derivaciones, un factor de desestabilización social, política, laboral, económica, comercial y financiera mundial, de insospechadas consecuencias.Gobiernos y Estados buscan defenderse patas arriba del COVID-19, pero igualmente de la larga cola de prejuicios y bloqueos que trae consigo. Es la peste de este tiempo, arrasándolo todo.Mientras algunos países asiáticos como China, Japón, Corea del Sur y otros europeos como Italia despliegan con cierto éxito sus mejores recursos internos para prevenir y controlar el coronavirus, en no pocas zonas indefensas del mundo, como América Latina, los gobiernos y Estados se encuentran más en estado de shock que en disposición real de enfrentar los casos alarmantes a la vista.Lo peor de todo es que esta silenciosa gripe asesina, cuyo poder de contagio radica en la tardanza de sus síntomas y manifestaciones, encuentra su mayor medio de propagación allí donde las políticas de salud y saneamiento, además de otras, son un desastre, como, por ejemplo, en el Perú.La suciedad de calles, azoteas, parques y jardines, la acumulación de basura por semanas enteras, la mugre en los pasamanos públicos, el enorme déficit de tratamiento de recursos sólidos y los desechos hospitalarios que terminan en entierros clandestinos son algunos de los monumentos espantosos a la irresponsable desatención del Estado, que sin duda se pudre en presupuestos no ejecutados en todos y cada uno de esos rubros.Sobran ministerios como Vivienda, Inclusión Social, Trabajo y Promoción del Empleo (que no garantiza ni lo uno ni lo otro), Interior (siempre confundido con la Policía Nacional), Agricultura (salvada apenas por algunas investigaciones), y falta el rescate de otros como Salud (que debiera ser declarado en emergencia y reingeniería), Educación (que solo vive para el enfoque de género), Ambiente (que debiera tener en sus manos el manejo del agua), Transportes (mal llamado así, cuando debiera ser de...

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