Los ojos de mi madre

Por enrique planas

su madre siempre lo recordaba: el sonido de las sirenas, la carrera hacia el sótano, el estallido de bombas cada vez más cercanas. Luego, despertar tras un largo sueño, lograr salir de una cueva de escombros, sacudirse el polvo del vestido y decirse a sí misma: ?Estoy viva?.En 1944, los bombarderos aliados arrojaron miles de toneladas de bombas sobre ciudades alemanas. Aunque pocas veces habló del tema en casa, la fotógrafa Hannerose Herrigel compartía con su hija Vera Lentz algunos de esos recuerdos cuando los atentados en Lima la sobrecogían en los años ochenta.Hannerose Dora Magda Herrigel había nacido en Dresde, Alemania, en 1916. Se mudó a Fráncfort con su familia, cuando su padre, el periodista Herman Herrigel, consiguió empleo como redactor en el ?Frankfurter Zeitung?, diario de oposición al régimen. Ella estudió en la Escuela de Fotografía de esta ciudad, y luego fue contratada por la Oficina Estatal de Conservación de Monumentos hasta el final de la II Guerra Mundial, registrando el patrimonio histórico de Múnich, destruido por los bombardeos.Poco después de acabar la guerra, Herrigel se estableció con su esposo, un ingeniero de minas, en la ciudad de Cerro de Pasco, donde continuó haciendo fotografía. En 1948, ya había recorrido Huancayo, Ayacucho y Cusco, plasmando su aventura en espectaculares paisajes y retratos. Un año después, ya separada, llegó a Lima para abrir el estudio Foto Jeannette, en la primera cuadra de la calle Atahualpa, en Miraflores. Sus innovadoras técnicas de iluminación y el encanto de sus retratos infantiles hizo del negocio un lugar de referencia para las familias del distrito.?Todo sobre mi madre?Su hija Vera Lentz es una de las más prestigiosas fotógrafas peruanas, testigo de primera línea de los años de la violencia en el Perú. Mientras recorremos la muestra que se inaugura mañana en el Centro Cultural Inca Garcilaso, ella recuerda que siempre animaba a su madre para exponer su trabajo. Sin embargo, Herrigel solo consideraba dignas de exponer las fotografías realizadas en el estudio: los animados retratos del Tío Johnny, los sonrientes artistas del sello Iempsa que la buscaban para retratarlos en sus discos, las luminosas niñas en sus vestidos de primera comunión. A su hija, sin embargo, le interesaban sus trabajos más personales, en los que había recorrido caminos poco transitados para una fotógrafa de su tiempo.¿Por qué a Hannerose Herrigel le costaba apreciar su propio trabajo? Para...

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