LA OFENSIVA ENERGÉTICA DE PUTIN

LA OFENSIVA ENERGÉTICA DE PUTIN

Vladimir Putin invadió Ucrania el 24 de febrero del 2022. Desde entonces, Rusia ha lanzado cuatro grandes ofensivas; tres fueron militares y la cuarta, económica. Todos saben de la primera: el intento de guerra relámpago que se suponía iba a tomar Kiev y otras ciudades en cuestión de días. Muchos observadores en especial, aunque no los únicos, derechistas occidentales admiradores de la aparente destreza militar rusa creyeron que la ofensiva sería un éxito. Pero resultó siendo un épico fracaso. Ante la tenaz defensa ucraniana, los rusos emprendieron la retirada tras sufrir enormes pérdidas.

La segunda ofensiva fue de alcance más limitado: un ataque al este de Ucrania. Nuevamente, muchos observadores esperaron una decisiva victoria rusa. Los invasores lograron avances debido a su inmensa superioridad artillera, pero esta ofensiva se paralizó cuando Ucrania recibió de Occidente armamento de precisión, en especial los famosos lanzamisiles ligeros HIMARS, que hicieron estragos en la retaguardia rusa. Además, Ucrania adquirió la capacidad de lanzar contraataques que recobraron áreas ocupadas como Jersón.

La tercera ofensiva, un ataque a la región de Dombás, sigue en curso, y es posible que Ucrania decida retirarse de la asediada ciudad de Bajmut, de poca im- portancia estratégica que, no obstante, se volvió escenario de sangrientos combates. Pero muchos observadores que leo opinan que la operación en su conjunto es otro fracaso estratégico.

En cierta forma, sin embargo, la derrota más importante de Rusia no ha provenido del campo de batalla sino del frente económico. Su cuarta ofensiva fue el intento de extorsionar a las democracias europeas, cortando sus envíos de gas natural, para que retiren su apoyo a Ucrania. Había motivos para inquietarse por este intento de convertir en arma de guerra el suministro de energía.

Si bien en un inicio la invasión trastocó los mercados de varios commodities Rusia es una gran productora de petróleo y, junto con Ucrania, era exportadora agrícola clave antes de la guerra, el gas natural parecía ser un serio punto de presión. Ello debido a que no se comercia en un mercado global. La manera más barata de transportar gas es vía ductos, y no se sabía cómo Europa podría reemplazar el gas ruso si se bloqueaban sus envíos. Así que muchos, yo incluido, se preocuparon por los efectos de un embargo ruso de su propio gas.

¿Provocaría una recesión en Europa? ¿Esos tiempos duros minarían la...

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