La OEA busca su destino.

AutorToche, Eduardo
CargoMUNDO

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A inicios de mayo, fue elegido como nuevo Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) el chileno José Miguel Insulza, luego de un periodo de entrampes que condujo a sucesivos empates con su contendor, el canciller mexicano Miguel Ángel Derbez. Esta coyuntura coincidió con un rápido y profundo deterioro de las relaciones bilaterales entre nuestro país y el vecino del Sur que, una vez consumados los hechos en la OEA, se desvaneció de manera tan instantánea como apareció.

Es decir, demasiadas coincidencias como para no sospechar que hubo una íntima relación entre uno y otro acontecimiento, como fue evidente para casi todos los analistas del continente, menos los nuestros, tan dados a la sempiterna costumbre nacional de mirarnos el ombligo y creer que los hechos siempre deben terminar en alguna oscura conspiración.

Mientras nos esforzábamos en revelar que los problemas surgidos respondían a un supuesto operativo psicosocial, puesto a circular por el gobierno para disminuir la presión que, dizque, se ejercía en dirección a la vacancia presidencial, los chilenos movilizaban rápidamente sus recursos y se aglutinaban en torno de su candidato intentando, como finalmente sucedió, el triunfo de su postulación.

Debe haber sido sumamente difícil para el canciller Manuel Rodríguez Cuadros evitar que Chile lograra los objetivos que se había trazado en la OEA. Sin una estrategia de Estado y colocando prioridades en otros escenarios, como la CAN y la ONU, el espacio hemisférico es considerado de poca monta por el Perú, dado su desprestigio y el ahondamiento de la crisis luego de la salida de Miguel Ángel Rodríguez de la Secretaría General por denuncias de corrupción. Además, debía sumarse a ello la importancia crucial asignada a las negociaciones del TLC con Estados Unidos, un instrumento que sus auspiciadores venden como la llave maestra para integrarnos al comercio mundial pero sin responder sobre las consecuencias que traerá a nuestros productores.

Pero no era lo único que el Canciller peruano tenía en contra. También debió lidiar con los exabruptos de los líderes de la oposición, las inopinadas intervenciones del Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, el literal cargamontón que sin ton ni son se originaba en las redacciones de los medios de comunicación y, por supuesto, la larga fila de especialistas que exponían sin rubor la tesis del > sin mencionar un instante las motivaciones que podía tener Chile para adquirir protagonismo en el espacio hemisférico.

LA GUERRA DIPLOMÁTICA

Rodríguez Cuadros hizo lo que pudo y, seguramente, sacrificando mucho de su prestigio personal a favor del país. Son las consecuencias de prestar servicios a un gobierno como el actual. A sangre y fuego logró que en cinco votaciones sucesivas Insulza y Derbez empataran, desplazando la decisión que debía tomar el organismo hemisférico.

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Insulza, lejos de amilanarse o involucrarse en alguna fórmula de transacción que abriera la oportunidad a un tercero --que pudo haber sido Rodríguez Cuadros u otro peruano, como Valentín Paniagua--, él mismo, su gobierno, todos los partidos políticos, los medios de comunicación y parte importante de las organizaciones sociales de su país se unieron para tomar nuevo impulso y buscar reforzar los aspectos débiles que había mostrado hasta ese momento la estrategia chilena.

El presidente Lagos se dirigió a Venezuela y luego a Colombia, en una gira en la que si bien se trataron temas bilaterales era obvio que sirvió, sobre todo, para promover la candidatura del ex Canciller. Por otro lado, este último debía manejar la parte más delicada que exigía la nueva correlación que deseaban los chilenos: primero, convencer a los estadounidenses de que no tenían lugar las aprensiones por su militancia, socialista y, segundo, persuadir al mexicano Derbez de lo pertinente y necesario de su declinación.

A Insulza se le reconoce, además de una gran habilidad para conducir los asuntos diplomáticos, un conocimiento muy profundo de la política de Estados Unidos. Hizo su posgrado en la Universidad de Michigan y dedicó muchos...

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