Nuevos retos para la reforma descentralista.

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El 18 de octubre, el país conoció las veinte medidas del llamado >. Estas recogen propuestas que fueron formuladas a lo largo del año en las > que diversas instituciones --el Grupo Propuesta Ciudadana entre ellas-- dieron a conocer a los candidatos a la Presidencia de la República, al Congreso y a los gobiernos regionales. El debate involucró, por cierto, a importantes sectores de la sociedad civil en una gran cantidad de foros y encuentros, en el contexto de los procesos electorales de este año.

La descentralización ha entrado en una segunda etapa, esta vez más exigente, porque las bases normativas están claras, los funcionarios regionales tienen cuatro años de > en su labor, una cuarta parte de las competencias sectoriales ha sido transferida, los recursos económicos se han incrementado, fundamentalmente por efectos del canon y las regalías, y las organizaciones sociales cuentan con espacios --más o menos dinámicos-- para la participación, la concertación y la vigilancia ciudadana.

LA NECESIDAD DE UN NUEVO PACTO POLÍTICO Y LA CONDUCCIÓN DEL PROCESO

Sin embargo, todavía hay tareas urgentes que cumplir para que la descentralización sea efectivamente irreversible y alcance sus propósitos de desarrollo, gobernabilidad y reforma de las estructuras sociales, políticas y económicas. Tal vez la primera tarea sea la de mantener claridad sobre la trascendencia de la reforma descentralista y su integralidad. Para ello, es preciso renovar el pacto político que le dio origen y consolidar una conducción compartida del proceso que lo vincule de forma más directa y explícita con el desarrollo del país. Al respecto, se requiere asignar a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) la responsabilidad política de conducir y dar cuenta de los avances y dificultades del proceso. Un rol activo de la PCM permitiría superar la inercia de sectores del Gobierno Nacional y avanzar a un mismo ritmo en la transferencia de funciones y recursos hacia los gobiernos regionales y municipales, pues en el periodo que culminó con el Gobierno de Alejandro Toledo lo que tuvimos fueron islas descentralistas en un mar de resistencias.

Esta propuesta no sustituye el papel del Consejo Nacional de Descentralización (CND), llamado a recuperar su carácter intergubernamental y a potenciar sus capacidades técnicas para monitorear el proceso. El Consejo Directivo del CND debería recomponerse e incorporar a representantes de los sectores productivos y sociales del Gobierno Nacional...

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