Los nuevos peregrinos del dios de Pachacámac

Por Carmen Gallegos Pérez

Hace más de quinientos años, los peregrinos que llegaban desde todos los rincones del Tahuantinsuyo para adorar al dios de Pachacámac caminaban acompañados por el susurro misterioso de los pututos, un instrumento musical fabricado con una caracola marina.

Algunos visitaban al ídolo de madera, bautizado por los incas como Dios de la Tierra, para pedirle una buena cosecha, ganar una guerra o curar alguna enfermedad.

Los pobladores también creían que el dios provocaba los temblores y, a falta de simulacros nacionales, solo atinaban a rogarle que los librara de esas espantosas vibraciones.

Ayer, en el año 2012, un grupo de nuevos peregrinos, cargados de cámaras fotográficas y smarthphones, volvieron a caminar la ruta ancestral en una ceremonia para conocer al olvidado dios.

?El ídolo ha vuelto al Santuario de Pachacámac tras seis años de ausencia. Este camino es parte de un...

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