Nuevo Perú: piensa Rappi

Por Analista de políticas públicas

Hace algún tiempo, si un restaurante, farmacia o tienda no hacía delivery, uno tenía que ir a su local si quería consumir un producto. Algo parecido ocurría con la necesidad de llevar un paquete de un lado al otro de la ciudad. Uno podía contratar a un taxi, pero la planchada saldría más cara que la camisa.Y así como ocurre con toda necesidad insatisfecha, llegó la oferta de Glovo, Rappi, etc.; negocios de intermediación que reducen los costos de transacción para que se encuentre la oferta con la demanda. Desde hace décadas existe intermediación: desde agencias de empleo hasta servicios generales. Lo nuevo es lo digital, que potencia la capacidad de impactar las relaciones económicas entre proveedores/consumidores y negocios/colaboradores.Nuevo Perú (NP), empero, ha planteado asimilar las relaciones negocios/colaboradores (proyecto de ley 4243) con las relaciones laborales, como si acá hubiera un trabajo dependiente y por cuenta ajena. Lo cierto, como explican Harris y Krueger (2015), es que este tipo de vínculo solo implica algunos pocos elementos de las relaciones laborales tradicionales, como el establecimiento por el negocio de condiciones mínimas para prestar el servicio y un precio.Pero no se tiene que cumplir un mínimo de horas al mes ni al año. Por eso no cabe hablar de renuncias. El intermediario no asigna encargos de manera individualizada: lista las solicitudes de servicio y los colaboradores que quieran las toman. El empleador no organiza un trabajo subordinado...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR