El nuevo ogro filantrópico.

AutorDurand, Francisco
CargoLa industria minera moderna de Perú

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

El mexicano Octavio Paz acuñó el término "ogro filantrópico" en un ensayo publicado en 1978 en la revista Vuelta. El pensador liberal Paz fue uno de los críticos más duros del PRI mexicano y el Estado populista "monstruoso". Poco después, en la crisis de la deuda externa mexicana de 1982, el viejo ogro filantrópico estaba agonizante y terminó siendo derrotado, achicado. Siguiendo la doctrina anti Estado, pro mercado, y la política del shock, los neoliberales redujeron sistemática e interesadamente las propiedades del Estado y traspasaron a privados muchos de sus poderes, mientras en paralelo creció el poder de las corporaciones. En el Perú, este proceso continúa ininterrumpidamente desde 1990. Es uno de los países donde las corporaciones privadas han crecido en tamaño como poder económico y vienen asumiendo roles sociales que antes nunca tuvieron. Debido al avance incontenible del antiestatismo, constatamos consternados que está surgiendo un nuevo ogro filantrópico, uno privado, algo que Paz ignoró o no pudo imaginar. Lo mismo sucede con los intelectuales peruanos liberales como Hernando de Soto y Mario Vargas Llosa, o los economistas neoliberales como Roberto Abusada.

En este artículo argumentamos y documentamos este fenómeno en el caso de la minería moderna formal. ¿La razón? Gracias a un Estado disminuido y permisivo como el peruano, los enclaves mineros vienen asumiendo más funciones, a veces para evitar pagar impuestos, a veces porque se ven forzados a hacer obra social (como el viejo Estado populista). Su enorme poder económico, sus influencias políticas, y sobre todo las nuevas funciones sociales que asumen, han convertido a los modernos enclaves mineros en el centro gravitacional de la vida de los pueblos aledaños a los yacimientos mineros. Es un poder excesivo, uno que tiene serias consecuencias.

LIBERALISMO Y BENEFICIARIOS

El objetivo de los neoliberales que organizaron el ataque al Estado populista no solo era librarse del sistema de controles y subsidios estatales (fiscalmente insostenibles en la crisis financiera), sino también lograr el traspaso masivo de propiedades y funciones del Estado al sector privado para que reinara como forma de propiedad sin competencia ni amenaza alguna. El traspaso se justificó con el argumento (relativamente cierto) de que, a diferencia del Estado, el "sector privado" es una entidad eficiente, moderna y honesta (que no está comprobado).

Bajo ese supuesto, los neoliberales no pensaron en nada mejor que vender la mayoría de los enormes y variados activos estatales a los privados, organizando varias olas de privatización de empresas del Estado. Al mismo tiempo, comenzaron a pasarle funciones estatales a privados en la forma de autorizaciones y concesiones en aeropuertos, puertos, cementerios y, sobre todo (la joya de la corona), los fondos de pensiones. El objetivo neoliberal del Estado minimalista (que seguía siendo caracterizado como ineficiente y deshonesto aun cuando quienes lo conducían eran los neoliberales) siguió avanzando. Hoy en día el proceso sigue incontenible a pesar de los grandes episodios de protesta como el Arequipazo del 2002, el Baguazo del 2009 y el Congazo del 2011. A las empresas privadas también se las autoriza a usar recursos públicos (impuestos, avales, fondos) para establecer "asociaciones público privadas" de modo que puedan, bajo diversas fórmulas asociativas, hacer carreteras, postas médicas, parques, locales comunales, puentes, caminos, escuelas. Cabe advertir que gracias a una preferencia por la forma privada de propiedad que el Estado auspicia, gran cantidad de propiedades comunales están pasando a paso acelerado a privados. Es parte de esta gran ofensiva.

En suma, se está privatizando todo lo privatizable, propiedades y funciones. Si estas funciones sociales nuevas estuvieran siendo desempeñadas por cientos de empresas, el problema no sería tan grave, pero sabemos que los principales beneficiarios son las doscientas empresas y grupos...

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