El nuevo megabanco

AutorThe Economist

El 119 de marzo, en conferencia de prensa en Berna, los presidentes de Credit Suisse y UBS, los dos grandes rivales de la banca suiza, anunciaron una trascendental pero infeliz unión. Tras varios días de regateo, y años de desaliento, los reguladores evitaron una crisis apurando una fusión cuyos activos valen el doble del PBI de Suiza. La transacción puso fin a un desconcertante descenso de Credit Suisse, ocasionado por la pérdida de fede depositantes y accionistas en el transcurso de una semana.

Ahora, la atención está puesta en el impacto de los términos del acuerdo, redactados deprisa y en las perspectivas del nuevo supergrupo bancario. Ambos bancos padecieron la crisis financiera de 2007-2009, incluso UBS fue rescatada por el Gobierno suizo, pero sus caminos divergieron más recientemente. UBS se estabilizó y Credit Suisse se hundió en una serie de tropiezos de alto perfil: el año pasado perdió 7,300 millones de francos suizos (US$ 7,600 millones), su peor desempeño desde el 2008.

La fusión valorizó Credit Suisse en 3,000 millones de francos suizos, un descuento de 60% de su valorización bursátil y una fracción de su valor tangible en libros. A sus accionistas les fue mejor que a los tenedores de sus bonos AT1, diseñados para absorber pérdidas ante un colapso del emisor, que acusaron la peor pérdida sufrida por esa clase de activos financieros. Aunque los precios de bonos AT1 de otros bancos han caído en respuesta a la transacción, no hay que descartarlos pues sus términos varían significativamente dependiendo del emisor.

Las diferencias jurisdiccionales también son importantes. El banco central de Reino Unido y el Banco Central Europeo se apresuraron en asegurar a los inversionistas que su pesadilla es exclusivamente suiza, y que estarían mejor protegidos en caso de un colapso bancario británico o en la eurozona.

La gerencia de UBS enfrenta el problema más inmediato: integrar al personal de ambos bancos. El CEO de UBS, Ralph Hamers que de administrar una entidad rentable, deberá adaptarse a guiar un caótico barco a través de aguas turbulentas planea recortar gastos por mi- les de millones de dólares y espera que la transacción comience a hacer dinero para el 2027. No obstante, ejecutar esos planes será difícil con los reguladores suizos vigilando de cerca.

La combinación de los servicios de administración de patrimonios y operaciones en Suiza de ambos bancos podría ser potente, incluso si hay potenciales escollos. Algunos clientes...

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