La nueva vida de un niño y su fe en el Cristo Moreno

Por devoción

Darko Paseta, de 8 años, consiguió ayer llegar a las andas del Señor de los Milagros con una rosa. Su madre, Gabriela Zea, de 30, fue detrás de él con otro ramo.Era la primera vez que el niño asistía a la procesión del Cristo Moreno. Unas horas antes visitó, también por primera vez, la iglesia de Las Nazarenas vistiendo el hábito tradicional. Caminó muy cerca del altar para ver las imágenes y luego se sentó en uno de los reclinatorios. Y admiró los globos lilas y los banderines con los que se decoraron algunas calles del Centro de Lima.Cuando Darko tenía 1 año y 3 meses, su madre lo encontró en la cuna con los labios morados y la vista fija. Lo tomó en brazos y mientras lo llevaba a la clínica, el bebe comenzó a convulsionar.Un encefalograma reveló que tenía un tumor teratoideo/rabdoideo atípico en el lóbulo temporal izquierdo. Era, según sus padres, del tamaño de un huevo de gallina.Los niños que desarrollan este tipo de cáncer, raro y agresivo, tienen pocas probabilidades de supervivencia. Las posibilidades de que se inserten en una vida normal son aun menores.Gabriela se arrodilló ante la imagen del Señor de los Milagros que había en la clínica y le rogó para que su hijo no sufriera. ?Recuerdo que le dije: acepto si me lo dejas o me lo quitas. Solo te pido que no sufra. Es muy pequeño?, cuenta.A los pocos días viajaron a Houston para consultar sobre una cirugía y un tratamiento experimental. ?Costaba US$2 millones. Ni vendiendo todo lo que teníamos podíamos pagarlo?, recuerda la madre, que es comunicadora. Su esposo, Marco Paseta, es ortodoncista.?Mientras estábamos en Estados Unidos, alguien nos habló del St Jude Children?s Research Hospital. Nos pusimos en contacto y aceptaron operar a Darko y hacerle todos sus tratamientos de manera gratuita?, cuenta.Ella cree que gracias a la ayuda divina se le abrieron las puertas del hospital y, luego, su hijo sobrevivió a la cirugía y superó todos los pronósticos.Los médicos les explicaron que por la zona donde se encontraba el tumor, luego de la cirugía, Darko podría tener secuelas como problemas motores, del habla, quizá no iba a reconocerlos. ?Nos dijeron que sería como un recién nacido, que no reconocería los olores, que tendría que aprender de nuevo todo?.Sin embargo, dicen los padres, al día siguiente de la operación, Darko fue capaz de ponerse en pie, aunque efectivamente el lado derecho le quedó algo resentido, y comió...

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