La nueva polarización

Por alfredoTorresPor más de medio siglo, las elecciones en el mundo enfrentaron a candidatos de derecha, seguidores del modelo liberal anglosajón, y de izquierda, inspirados en el ideal socialista. Los primeros solían captar sus votos entre las clases medias, los segundos entre los sectores populares; los primeros en las ciudades más modernas, los segundos en la periferia. La debacle del comunismo y el surgimiento de nuevos problemas ?como la inmigración y el terrorismo? han trastocado este modelo y dado lugar al surgimiento de una nueva derecha populista que crece en el antiguo electorado de izquierda. Las capitales del mundo, que luchaban contra la amenaza del populismo de izquierda, desde una perspectiva liberal y favorable a la globalización, se ven ahora acosadas por una extrema derecha populista y nacionalista.El enfrentamiento entre partidarios de la globalización y nacionalistas volvió a verse la semana pasada en las elecciones francesas. Como lo anticiparon las encuestas, los dos contendientes que pasaron a la segunda vuelta fueron el proeuropeo Emmanuel Macron con 23,8% de los votos y la nacionalista Marine Le Pen con 21,5%. Lo que muchos ignoran es que en París el resultado fue 35% para Macron y apenas 5% para Le Pen. Es decir, París votó por el candidato proeuropeo y el interior de Francia por la candidata nacionalista. Lo mismo ocurrió en el ?brexit?, cuando 60% de Londres votó por permanecer en la Unión Europea, mientras en el interior del Reino Unido se votó por la salida. El caso más extremo de esta polarización entre grandes ciudades y poblaciones del interior fue el triunfo de Hillary Clinton en Washington D.C. con 91% de los votos sobre Donald Trump, que recibió apenas 4%. La ex secretaria de Estado también ganó por amplio margen en otras grandes ciudades como Nueva York y Los Ángeles, mientras Trump se hizo de la presidencia de Estados Unidos gracias al apoyo del interior del país. La demografía de ambos grupos es diferente. La mayoría de personas con educación superior y los jóvenes son más partidarios de la integración de sus países con el mundo; mientras que las personas menos educadas y mayores ?quienes tienen menos oportunidades con la globalización? tienden a ser más nacionalistas. Los que han viajado al extranjero favorecen una economía abierta, mientras que los que nunca han salido de su país tienden a ser más proteccionistas. Las diferencias entre ambos grupos también son actitudinales. De acuerdo a estudios de...

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