La "nueva normalidad" china debe tener más empresas como Alibaba y menos chimeneas

AutorDavid Pilling

Presión deflacionaria, precios inmobiliarios débiles, desaceleración del crecimiento, empresas zombis. ¿Esto es Japón? No, es China.

Durante años, las autoridades de Beijing han tomado al Japón posterior a 1990 como una lección. Ahora, en muchos aspectos, la economía china de 2015 se parece a la japonesa de 1995. Eso es un problema, sobre todo para el Partido Comunista. En las últimas dos décadas, el crecimiento del ingreso real per cápita de Japón tiene un promedio de 1 por ciento anual. Si eso es todo lo que los líderes chinos puedan lograr las próximas dos décadas, lo más probable es que se encuentren en el basurero de la historia.

Afortunadamente para los que dirigen China, las comparaciones son exageradas. La mayor diferencia es la más obvia. Cuando Japón comenzó sus años de estancamiento a principios de los 1990, ya era un país rico. En términos per cápita, el ingreso era de 80 a 90 por ciento del nivel de EEUU. China, a pesar de su milagroso crecimiento, sigue estando aún muy lejos de esos niveles. Sobre una base de paridad de poder adquisitivo, su ingreso per cápita está apenas por encima del 20 por ciento del nivel de EEUU. Eso es importante. Es más fácil para un país más pobre cerrar la brecha. A pesar de sus problemas e ineficiencias - de hecho, precisamente a causa de sus problemas e ineficiencias - hay cosas relativamente fáciles que China puede hacer para mantener su programa económico por buen camino.

En lugar de comparar a China con Japón, es mejor hablar de la "nueva normalidad" china, como ha dicho el propio Xi Jinping. China debe, dijo su presidente el año pasado, "adaptarse a la nueva condición normal basada en las características del crecimiento económico de China en la fase actual". Entonces, ¿qué significa la nueva normalidad (con características chinas)?

Hasta hace poco, la economía se aceleró hasta el 10 por ciento al año. Eso ya acabó. Esto se debe en parte a que los datos demográficos han cambiado. La fuerza laboral ha comenzado a contraerse y la avalancha de migrantes internos se ha ralentizado. Conforme suben los salarios, se fortalece el renminbi y se detiene la demanda internacional, la industria manufacturera se vuelve cada vez menos importante para la economía. En la nueva China, las exportaciones netas ya no contribuyen en absolutamente nada al producto interno bruto.

Los tecnócratas lo saben. Están tratando de guiar el crecimiento ligeramente hacia abajo, limitando el crédito cuando pueden, y abriendo la...

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