No hay violencia buena

Por MelbaEscobar

Las redes sociales amplifican los miedos, odios, antipatías y desenfrenos que cada quien fabrica desde su propia representación de la realidad. En días pasados escribí la frase ?no hay violencia buena?, como respuesta a la cada vez más enrevesada retórica con que muchos pretenden justificar su derecho a la violencia en el marco del paro nacional.Pensé, quizás ingenuamente, que la consigna podría ser lo suficientemente elemental, por no decir tautológica, para permitir un mínimo común acuerdo. Pues me equivocaba. No tardaron en llamarme sesgada, errada, mal informada.Es cierto que las razones para marchar contra un gobierno débil, indolente, autoritario e insensible por parte de un pueblo agobiado por la pobreza, el recrudecimiento del conflicto y la pandemia son innumerables. La rabia está más que justificada. Sin embargo, el tono religioso de predicador que habla desde el púlpito con que intelectuales biempensantes insisten en estar del lado correcto de la moral, así como la euforia con que les aplaudimos, no son suficientes para tramitar una solución frente a esta crisis. Seguir insistiendo en el lado correcto de la historia una y otra vez es como querer apagar un incendio echándole más leña al fuego.En una nación quebrada, con muchos más enemigos y conflictos internos que externos, acostumbrada al miedo, la desconfianza y las vías de hecho como prácticas sociales habituales, la moderación es vista bajo sospecha, por no decir como traición.Aunque no nos falten razones para sentir...

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