No me solidarizo con Paolo

Por PeriodistaEl fútbol es la única pasión de mi patria de la que soy disidente. Y no me da la gana de pujar por lograr una conversión. No voy a tener una epifanía en el repechaje viendo los goles que clasifiquen al Perú. Probablemente ni los veré en vivo. Si llegan a ser más que los de Nueva Zelanda, a lo sumo me alegraré por algunos indicadores de confianza que se eleven a partir de allí. No, amigos, no me interesa cambiar algo que es parte de mi identidad. Soy, a mucha honra, miembro de una minoría silenciosa que tolera las sanas expansiones de la hinchada ?¡qué nos queda!? pero advierte de sus excesos.Y hoy se me antoja denunciar un exceso que hace estragos en la capacidad de análisis valorativo de los peruanos y hasta en colegas de la prensa deportiva que, en este caso, tendrían que ser más objetivos. ¿Qué denuncio? Que hay una campaña ciega a favor de Paolo Guerrero, presumiéndolo víctima de errores o excesos en el sistema antidopaje de la FIFA; y autocensurando comentarios que apunten a una posible negligencia suya. Vamos, peloteros y no peloteros, dejémonos de idioteces. En un mundo altamente profesionalizado como el del fútbol internacional, con estrictas reglas antidopaje que ponen toda la responsabilidad en los jugadores (no en sus equipos ni en las selecciones o federaciones nacionales), un ídolo como Paolo que gana más de US$50 mil al mes, ¡tiene que preocuparse en no zamparse cualquier cosa al cuerpo, pues! Deploro que colegas escriban en titulares que ?se descarta que...

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