Ya no hay sitio para los buenos samaritanos en China

Por Adrián foncillasDesde BeijingPodría haber sido un caso más entre cientos: un hombre huye tras atropellar a una anciana para evitarse problemas legales e indemnizaciones y la policía lo encuentra tras identificar su vehículo a partir de los vidrios rotos. Pero un giro macabro lo singulariza: entre los conductores que ignoraron a la mujer estaba su hijo.Ocurrió la semana pasada en la provincia de Anhui: un hombre Zhang iba a visitar a su madre cuando vio a una mujer tendida en la carretera y pasó de largo. Tras llegar al destino, sus vecinos le dijeron que su madre había partido en su búsqueda. Regresó al lugar del accidente con un sombrío presentimiento y ahí la encontró, ensangrentada y agonizante. Falleció en la ambulancia.Muchos lamentan la pérdida de los valores confucianos y denuncian que la sociedad se enriquece pero no mejora. La abulia frente al herido se suele explicar por una transformación económica que ha desembocado en una crisis de fe.El país aún recuerda a Yueyue, la niña de 2 años que murió en un mercado de Foshan entre el pasotismo generalizado en el 2011. Las cámaras mostraron cómo era atropellada por una furgoneta y el conductor huía tras momentos de indecisión. Los peatones observaron a la niña en un charco de sangre sin detenerse. Otra furgoneta la volvió a atropellar y también huyó. Siete minutos y doce peatones después, una chatarrera la atendió desoyendo los consejos del resto.?Detener la caída moral y aumentar la generosidad son cuestiones que nuestra sociedad debe afrontar?, urgió el ?Diario del Pueblo?. Que solo interviniese la chatarrera sugería que la opulencia material estaba detrás de la indigencia moral. Aún dolió más la fría lógica matemática del conductor de la furgoneta: si la niña moría, explicó, quizá sólo tendría que pagar unos veinte mil yuanes (unos 3.200 dólares). Pero si estaba herida, podrían ser cientos de miles.Mirar hacia otro ladoCualquier desgracia natural demuestra que los chinos son sensibles al dolor ajeno. Tras el sismo de Sichuan en el 2008, millonarios de todo el país ayudaron al desescombro e indigentes depositaron sus limosnas en bancos para las víctimas.Aquel ?incidente de Nanjing? del 2006 explica...

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