?No he querido hacer un libro activista?

Por ENRIQUE PLANAS

Muchas son las heridas de las que habla Jaime Rodríguez en su primera novela. El poeta, editor y periodista peruano radicado en Madrid me explica que ?Solo quedamos nosotros? es un título polisémico: es la frase que le dice la señora que compartió con él 30 horas en la sala de espera de un hospital de Madrid, mientras, luchando por respirar, esperaban turno para internarse en plena primera ola del COVID-19. Pero la frase aplica también para hablar de su difícil relación con su intermitente padre, así como la inoxidable amistad con sus grupos de amigos de WhatsApp de Lima, Barcelona o Madrid, con quienes comparte chistes y tópicos machistas, sabiéndose dinosaurios a punto de extinguirse, los últimos representantes de una masculinidad marcada por los prejuicios del siglo pasado. Y el autor no siente pena por ello.?Leía la crítica del suplemento cultural del diario ?El Mundo?. ?En ?Solo quedamos nosotros? el escritor lucha por encontrar su identidad en la maleable era del poliamor, el TikTok, los adolescentes trans y el lenguaje no binario?. ¿Es realmente una lucha? Más bien se percibe que encaras esos temas desde el humor y la melancolía.Sí. Agreguemos que titularon esa reseña como ?El grito ideológico de Jaime Rodríguez? [ríe]. Empezaría diciendo que, en realidad se trata de un narrador que cuenta las historias, la voz de una persona que se enfrenta a su propia vulnerabilidad. Lo que quiere hacer es escribir una novela, y problematiza a lo largo del libro su frustración al no poder comenzarla. Así, en ?Solo quedamos nosotros? lo que hay es un intento, desde varios flancos, por hacer construir un relato de largo aliento. Sé que hay un componente político, social e ideológico, como en todos los libros, pero en realidad la verdadera lucha tiene que ver con aceptar tu propia vulnerabilidad masculina e intentar encontrar tu propia voz narrativa en el proceso.?¿En tiempos en que desconfiamos tanto de los libros de ficción, eres consciente de que tu libro será visto especialmente como un alegato de la ?nueva masculinidad?, siendo algo mucho más íntimo y literario que eso?Sí, aunque no me molesta para nada. Es más, me parece muy bien. Son temas que atraviesan el libro, sin duda. Efectivamente, son procesos que llevo estudiando hace mucho tiempo, antes de que se hablara de ellos masivamente. Pero no he querido hacer un libro activista. Es un trabajo que parte de mi propia formación como poeta, como observador, y de una necesidad...

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