No se ha muerto mi abuela, ayayay

Por Fernando Vivas. Periodista

Lo de la abuela de la vicepresidenta no es un escándalo terminal, no es Chehade en Cachiche ni Villena en trompo, es un sainete con ritmo de Juaneco y su Combo, para celebrar cuánto aprendemos de políticos a la defensiva y de ciudadanos al ataque cuando vemos la ocasión ?¡ay, qué rico!? de revocar a algún poderoso, sea la alcaldesa de Lima o la mujer que reemplaza a Humala cuando este viaja.

No hay evidencias de que Marisol Espinoza haya actuado mal. Quizá sí de que ha sobreactuado. Reaccionó apenas se enteró de la indagación de ?Reporte semanal?: les prometió una entrevista dominical, pero los madrugó el viernes con una conferencia de prensa. Les quitó la primicia y se la entregó a la prensa entera. ¡Desafilio a mi abuela, ayayay, desafilio a mi abuela, ayayay!

Hasta ahora,lo que tenemos son datos sin dolo: 1) El parentesco con funcionarios públicos no prohíbe la afiliación a Pensión 65. 2) ME no tenía por qué estar enterada de la afiliación y no hay prueba de lo contrario. Es una de las tantas nietas de una abuela que casi nunca ve y, por lo tanto, es creíble que ignorara lo de su pensión.

3) El Ministerio de Inclusión Social (Midis) asegura que Digna Sánchez Navarro sí cumplía los requisitos de la pobreza extrema. Esto sí es discutible. ?Reporte semanal? visitó a vecinos de doña Digna, cuyo desamparo era visiblemente mayor y sus trámites para ser incluidos en el beneficio parecen estancados. Podemos sospechar que alguien ayudó en el papeleo a la abuela y a su pareja Simón Seminario. Si así fuera, esto compromete a Pensión 65 pero no necesariamente a ME. En todo caso, que haya ancianos relegados por el programa no implica que Digna, aunque menos desamparada, no merezca la pensión. Como ironiza Mirko Lauer, la señora ?muestra signos exteriores de pobreza?.

4) ME no ha ordenado la...

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