Los que no marchan

Por Director Periodístico: Director General: Fernando Berckemeyer Olaechea Francisco Miró Quesada C.La mayoría de peruanos de todas las edades está en contra de la denominada ?ley pulpín?, como refleja la encuesta nacional de Ipsos que publicamos hoy. Teniendo en cuenta la manera astuta como los demagogos de siempre le han vendido el tema a la población ?ganándole, lamentablemente, la batalla de la comunicación a un gobierno que la inició muy tarde?, la noticia no es de sorprender. Después de todo, si la ley trata de ?quitar derechos? a los trabajadores jóvenes, ¿quién podría estar de acuerdo con ella? La cosa, por supuesto, sería diferente si las personas pudiesen estar enteradas de cómo funcionan en la realidad estos ?derechos?. O mejor dicho, cómo ellos no existen más que como una frustrante declaración lírica para el 68,7% de los empleados peruanos, quienes trabajan en la informalidad, sin derechos laborales de ningún tipo (a CTS, a vacaciones, a utilidades, a seguro de salud, a sueldo mínimo, a estabilidad laboral, a, en fin, lo que usted nombre). Un abrumador porcentaje que sigue creciendo en la población en edad empleable joven a la que, justamente, esta ley trata de hacerle más fácil ser contratada formalmente.Si esto fuese conocido o entendido, este Diario se resistiría a creer que habría quien salga a protestar de buena fe en nombre de la ?justicia social? porque se está dando una ley que hace más barato ? y por lo tanto más posible? que parte de personas que hoy no tienen ningún derecho laboral pasen a acceder a alguno de ellos. Salvo, claro, que se entienda que la ?justicia social? es algo que puede ser adquirida por una minoría (los que tienen la suerte de estar contratados por las empresas, en su mayoría grandes, que trabajan en la formalidad) a costa de una mayoría (los que ven sus posibilidades de ser contratados formalmente disminuidas cuanto más caros sean estos tipos de contratos, en un país en el que los empleadores de dos tercios de la población empleada son mypes).En la misma línea, tampoco tendría mucho sentido decir que quienes protestan lo hacen porque, al tratarse la ?ley pulpín? de un régimen especial que se aplicaría solo a un grupo, esta viola su derecho a la ?igualdad?. ¿Acaso la enorme mayoría de los jóvenes peruanos que trabajan en la informalidad no están ya de facto en un régimen ?especial?: aquel que no les concede ni uno solo de los derechos que manda la ley? ¿O es que uno puede limpiamente clamar por...

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