?No hay que escudriñar el pasado con ojo de patriotero?

Por Maribel de pazHijo de un alemán obsesionado con el negocio del café que nunca llegó a prosperar, Federico Kauffmann Doig fue fruto único de la unión de este aventurero con una descendiente de la cultura moche. Durante su infancia en Amazonas, su padre lo hacía andar descalzo para que no desentonara con los demás niños del pueblo. En la pequeña tiendita que regentaba, su madre apelaba al trueque para intercambiar fósforos por granos de café. Era la década del treinta y hoy, devenido en curtidísimo arqueólogo y bordeando los 90 años, el nombre de Kauffmann ha vuelto a ser mencionado al hallarse una curiosa mascaipacha durante el allanamiento a la casa de Alejandro Toledo. Se recordó entonces que Eliane Karp lo había llamado "imbécil" cuando Kauffmann denunció durante el gobierno de Toledo que la forma en que se habían retirado del país una serie de momias de la cultura Chachapoyas no había sido la adecuada. En su apacible departamento frente a un parque miraflorino, Kauffmann, a su vez dueño de un carácter alguna vez calificado de agresivo, echa una mirada al pasado y ríe. ?Durante el allanamiento a la casa de Alejandro Toledo llamó la atención una mascaipacha dorada que se dice que no es auténtica.Sí, de acuerdo a lo que he podido ver es una falsificación, porque los incas no eran como los señores de Sipán, que vestían de una forma barroca con muchas alhajas de oro. La mascaipacha era una cosa sencilla, un bonete alrededor de la frente, con unas tres plumas de un ave mítico, el qoreqenqe, y un broche con alguna cosita simbólica, pero nada aparatoso como la mascaipacha que han encontrado, que en realidad no es una falsificación, sino parece copia de una mascaipacha barroca de un cuadro colonial. Eliane Karp, pues, que hubiera querido que Toledo fuera aclamado como un segundo Pachacútec, que fue el gran inca, el más importante, el más aguerrido y que consolidó el Tahuantinsuyo. Pobrecito. Ella además se vestía como una colla.?¿Estamos hablando de una fantasía?Querían algo más, no se iban a contentar con la mascaipacha de los incas, sino algo apoteósico, ella era la colla, ¡y del inca Pachacútec todavía!, del más grande que hemos tenido… Pobre Pachacútec. ¡Y yo voté por él! Pensé: ?Por fin uno de la raza bien peruana antigua, de la que todos tenemos un poco, porque yo tengo de mochica, por fin uno así iba a luchar por los peruanos, contra la miseria en el país?. Pero no, resulta que se llevaba los millones de dólares. Me siento traicionado...

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