El último negocio del otrora temido clan Escobar

Por Aneris Casassus. Desde Buenos Aires, Argentina

Tuvo diez minutos para elegir su nuevo nombre. Junto a su madre y a su hermana, agarró la guía telefónica, descartó los apellidos de familias mafiosas y escogió entre los que sobraban. Salió de Colombia con lo único que tenía puesto y con su nueva identidad como escudo. Era 1993, habían matado a su padre y venían por ellos. Su flamante documento le dio algo que, en sus 16 años de vida, nunca antes había tenido.

Llamarse Sebastián Marroquín en Buenos Aires ?ciudad en la que finalmente lograron instalarse los tres durante el exilio? le permitió empezar a saborear la libertad. Había visto correr mucha sangre desde que era tan solo un niño. Había crecido siendo testigo de la violencia. Había prometido vengar al padre públicamente el día de su muerte. Y sin embargo, ahora le daba miedo ir a un Mc Donald?s a pedir una hamburguesa.

?Nunca había interactuado con nadie del exterior. Siempre había una barrera, un filtro de seguridad en el medio que hacía las cosas por mí. Me encantó empezar a ser tratado y maltratado como un NN cualquiera?, dice. Hasta entonces siempre había sido Juan Pablo Escobar Henao, el único hijo varón, el hijo mayor de Pablo Emilio Escobar Gaviria, el narcotraficante más grande de la historia de Colombia.

En el 2009, Sebastián dejó atrás varios años de anonimato y protagonizó el documental ?Pecados de mi padre?, en el que se encuentra con los hijos de políticos asesinados por sicarios de Escobar durante los años 80. Y este año redobló la apuesta. Lanzó Poder Poder, una línea de ropa con documentos históricos de su padre que ya desató la polémica. En los polos están estampadas sus dos tarjetas de crédito, la licencia internacional de conducir, la cédula de ciudadanía y el certificado de antecedentes penales.

Cada una tiene la firma y la huella dactilar del ?Rey de la coca?. Es lo que Sebastián denomina su ?columna textil de opinión?, porque las prendas llevan, además, un mensaje para que no se repita la historia. ?Si todo tiene un precio, ¿cuál será el que le pongas a tu cabeza??, se puede leer en una de las camisetas.

?Es una idea que me costó conceptualizar para...

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