Las compañías necesitan medir la velocidad de los cambios sociales

Por Michael Skapinker. Columnista De Negocios Y Sociedad

Demos una mirada a cuatro eventos recientes: el estreno de la película ?Lincoln? de Steven Spielberg, la votación del martes en la Cámara de los Comunes del Reino Unido sobre el matrimonio homosexual, el reconocimiento que hace Foxconn sobre los sindicatos independientes en sus fábricas de electrónica en China y el tropezón del First National Bank (FNB) con el gobierno de Sudáfrica.

¿Qué tienen en común? La manera en la que cambian las sociedades y cómo las compañías se pueden beneficiar si reconocen el ritmo en el que se dan estos cambios ?y cómo pueden tener problemas si los perciben de manera equivocada?.

?Lincoln? se toma libertades con los registros históricos, pero un tema que es impresionante es la esencia de su verdad. En la película, los que se oponían a la propuesta de la decimotercera enmienda de la Constitución, con respecto a la abolición de la esclavitud, argumentan que esto no terminará ahí. Se liberará a los esclavos y lo que seguirá es que se le dará el derecho a voto a la gente de raza negra y, como consecuencia de ello, seguirán los matrimonios mixtos. Los defensores de la enmienda niegan que hubiera tal intención, pero sabemos que no todos lo creían así, que de todas maneras esas fueron las consecuencias y que nosotros, como público, estamos felices de que haya sucedido así.

Sospecho que en unos 150 años, las personas tendrán el mismo punto de vista sobre el debate del matrimonio homosexual y mirarán todo el alboroto como pintoresco y a los opositores como arcaicos. Incluso hoy en día, los argumentos en contra son débiles. Un argumento es que la religión no lo permite, que invita a la réplica de que las creencias teológicas de un segmento de la sociedad no deben imponerse sobre el resto de las personas.

El otro argumento ? que las uniones homosexuales socavan el matrimonio heterosexual? no es tan equivocado como incomprensible. Existen muchas cosas que socavan el matrimonio: el egoísmo, el aburrimiento, el resentimiento y las tensiones económicas. ¿Pero alguien realmente abandonaría a su cónyuge porque se están casando los homosexuales?

Los opositores al matrimonio homosexual no pueden argumentar de ninguna manera que este socavaría los negocios y la agricultura, como lo hicieron los opositores a la emancipación de los esclavos (y como siguen argumentando los defensores del trabajo infantil y de las fábricas clandestinas).

Al contrario, muchas compañías argumentan...

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