La necesidad de articular la ciudad

El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.Las dos líneas de transporte masivo que tiene Lima, la línea 1 del metro y el Metropolitano, han tenido un gran impacto. Son íconos de progreso para una ciudad que tiene poca inversión pública. Para muchos de los usuarios ha reducido los tiempos de viaje diario, dándoles más tiempo útil para otros fines: estar con su familia o trabajar.La nueva infraestructura ha permitido que la ciudad siga expandiéndose, con la posibilidad de que se formen nuevas centralidades en lugares que, anteriormente, fueron menos accesibles. El centro de Independencia ha crecido radicalmente después de la llegada del Metropolitano, y la línea 2 del metro (todavía en construcción) ha tenido un rol importante al incentivar la generación de proyectos como el Real Plaza Puruchuco en Ate.Sin embargo, en distritos céntricos, aún no se han visto grandes cambios cerca de las estaciones. En los alrededores del centro financiero de San Isidro, por ejemplo, muchos de los lotes que dan a la Vía Expresa todavía no han aprovechado la altura máxima permitida por las normas de zonificación, y en zonas cerca de las estaciones de la línea 1 en Surco, Miraflores y San Borja, por ejemplo, todavía tienen una zonificación residencial de densidad baja, lo que limita drásticamente el número de personas que pueden trabajar o vivir cerca del transporte público masivo.En las proximidades de las estaciones actuales, uno se encuentra con veredas angostas y colapsadas...

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