El mundo sigue siendo ancho pero no ajeno.

CargoINTERNACIONAL

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Lo que ocurra fuera de nuestras fronteras este año será tan importante como lo que suceda en Lima y en nuestras convulsionadas regiones. Da la impresión de que todo tendrá que ver con todo. La recesión de la economía estadounidense --y su explosiva crisis financiera-- amenaza con tocar nuestras puertas. El Perú, además, simbólicamente será sede de dos importantes reuniones internacionales: la Cumbre América Latina y el Caribe con la Unión Europea y la cita del APEC. Si después de esos dos eventos no tomamos conciencia de la importancia del contexto internacional, no lo haremos nunca.

Por ese motivo iniciamos este número con dos entrevistas realizadas por Abelardo Sánchez León y Martín Paredes Oporto, una a Farid Kahhat, profesor principal de la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, reconocido analista y consultor internacional del diario El Comercio; y otra a Gonzalo Gutiérrez, vicecanciller de Relaciones Exteriores. Farid Kahhat se acercó a nuestras oficinas una calurosa tarde de febrero y Gonzalo Gutiérrez tuvo la amabilidad de recibirlos, en el mismo mes, en su despacho de Torre Tagle.

La importancia del contexto internacional se ha incrementado con la transición política en Cuba, a pesar de que el poder haya pasado solamente a manos de Raúl Castro y muchos de los cuadros que lo acompañan, con la excepción de Carlos Lage, superan los 70 años de edad. Que Fidel Castro no esté en el poder es, sin embargo, un cambio significativo. Carlos Lage encarna, de una manera que habría que analizar con mayor detenimiento, la posibilidad de un viraje más audaz e interesante. Quizá la población cubana que radica en Miami haya soñado con cambios espectaculares hacia la derecha y el capitalismo bajo la tutela de los clásicos organismos financieros, como el FMI y el Banco Mundial, pero no ha sido así. A fin de cuentas, se trata del fin de una revolución que despertó entre muchísimos latinoamericanos las mejores esperanzas de equidad, independencia y progreso y que se fue apagando de a pocos hasta convertirse en una sociedad otoñal, sin brillo, oscura, pobre, que no funciona como modelo de ninguna sociedad en el continente. Cuba es Cuba, como se dice, y su modelo de sociedad no es exportable. Habría que ver su presencia en la propuesta de Hugo Chávez como una forma de reciclarse en América Latina a través de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.

Quien sí desea exportar...

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