Muerte digna, voto indigno y una decisión clave

Por Paula Siverino Bavio

?Cómo no amar la vida, pese a todo?? Ana cierra los ojos y suspira. ?Ana, ¡ven aquí!?. La brisa marina enreda el largo cabello negro que se pega a su mejilla llena de sal; ríe feliz, corre chapoteando a abrazarlo. Pero no logra dar un paso, sus piernas están clavadas en la arena y se hunde velozmente. Una ráfaga de viento arranca su cabellera, llenándole la garganta de arena, quiere gritar, se ahoga, está hundida hasta el cuello, sintiendo el dolor de un millón de agujas en la piel. Ahora es la sal de las lágrimas la que llega a la orilla de su boca. Ana abre los ojos. Y el dolor sigue allí, el cuerpo inerte, las enfermeras, los tubos, la piel palidísima y frágil entre las sábanas.Hace 16 meses, la justicia reconoció el derecho de Ana Estrada a la muerte digna, admitiendo que exigir que llegara al fin de su existencia biológica constituía un trato cruel, inhumano y degradante, y violaba la dignidad humana. Asimismo, se ordenó la creación de un protocolo médico para instrumentar este derecho.La semana pasada, la Corte Suprema confirmó el derecho a morir con dignidad, pero falta un voto para garantizar la creación del protocolo. Sin protocolo apropiado, no hay muerte digna. Es como tener un carro del año sin motor ni ruedas. El juez lo sabe, reconoce el derecho, pero lo vacía de contenido, dejándolo inservible. Pretende quedar bien con dios y con el diablo.¿Qué exige? Que Ana esté en un estado terminal, que la Iglesia intervenga en la creación del protocolo y que haya derecho de visita de representantes de organizaciones contrarias a la muerte digna.¿Puede un juez condicionar su voto al cumplimiento de requisitos inconstitucionales?El Perú es un Estado laico y el protocolo es la norma concreta que permite la muerte digna. Según la Constitución, la Iglesia no participa en la creación de leyes, por eso existe la separación Iglesia-Estado.El derecho ya reconocido a Ana es a poder decidir cuando el sufrimiento sea intolerable: ?empezarán las úlceras en...

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