La muerte de la Cajita Feliz

Próximamente, se discutirá en el pleno del Congreso un proyecto que busca reducir el consumo de ?comida de bajo contenido nutricional? en los niños. Las prohibiciones que se establecerán de aprobarse esta iniciativa son varias: no se permitirá vender este tipo de productos en colegios, entregar regalos para promocionarlos, ni publicitarlos mediante el testimonio de artistas o utilizando personajes animados. Además, el proyecto busca que se obligue a que en la publicidad y en los empaques se incluya mensajes de advertencia cual cajetilla de cigarrillos.

Los autores de este proyecto buscan, en pocas palabras, dificultar que los comerciantes de esta clase de comida logren que los padres se la compren a sus hijos para, así, supuestamente, reducir la obesidad infantil y las enfermedades relacionadas. La comida de bajo contenido nutricional, sin embargo, no es cianuro. Nadie se enferma, sube de peso, ni deja de ser una persona saludable por comer un dulce o una hamburguesa de vez en cuando. Cuánto de este tipo de comida puede una persona consumir sin generar problemas a su salud depende de su metabolismo, hábitos alimenticios y estilo de vida.

¿Quién debería entonces decidir qué comida pueden consumir los niños? ¿Un funcionario público que tiene en mente a un niño promedio inexistente o sus padres? La respuesta es clara y su explicación es la misma por la que la patria potestad la tienen estos últimos y no el ministro de Salud o Educación: es el padre quien sabe mejor que nadie qué es lo bueno para su hijo.

Nadie niega, no obstante, que algunos padres irresponsables no alimenten adecuadamente a sus hijos. Pero de poco servirá frente a su irresponsabilidad que el Congreso ponga trabas al comercio de la comida. Es ingenuo pensar que estos padres empezarán a alimentar a sus hijos con brócoli y zanahorias gracias a la restricción de publicidad. Estas prohibiciones, además, tampoco tienen cómo cambiar los gustos alimenticios de los niños. Solo porque ellos dejen de ver a los Backyardigans en las cajas de hamburguesas no van a empezar a pedir coles de Bruselas en el almuerzo. El proyecto de ley parece ignorar...

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