Muchas gracias, Pep

Por Juan Carlos Oblitas. Columnista

En estos 4 años que pasó en el Barcelona, a Pep Guardiola jamás lo escuché hablar de sus renovaciones. Siempre firmó sus contratos por año calendario de fútbol porque confiaba en que el rendimiento de su equipo evitaría cualquier conflicto en las negociaciones. Pero el viernes pasado anunció su retiro de la dirección técnica del mejor equipo del mundo, justo días después de perder la opción de ir por su tercera Champions.

Su decisión fue tan discutida como su inicio en el cargo. Cuando Guardiola llega al primer equipo del Barza, la directiva azulgrana estaba dividida, muchos preferían a Mourinho. Sin embargo, Pep fue el elegido cuando la mayoría pensaba que el equipo necesitaba un hombre de más experiencia como el portugués. Nadie imaginó que el novato ganaría 13 títulos de 18 posibles (le queda pendiente la final de la Copa del Rey ante el Bilbao que se disputará el 25 de mayo) y que convertiría a su once en el mejor de la historia.

Hoy podemos decir que Guardiola creó y formó un equipo extraordinario, con un estilo inconfundible de posesión de balón. Pero lo que resaltó más fue la increíble facilidad con la que recuperaba la pelota. Se tardaba, en promedio, 7 segundos para asumir otra vez el control del juego con su interminable sinfonía de toques, con ese fútbol exquisito y estético que nos deleitaba.

¿Y por qué se fue? Lo dijo el mismo Pep. Su etapa fue tan exitosa como desgastante, pasando momentos críticos como las enfermedades de Tito Vilanova y Abidal, que definitivamente te quitan aire. Dirigir...

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