La ?mordida tribal

Por Gustavo Rodríguez. Escritor y comunicadorMe causa sorpresa que en esta época donde las noticias nuevas sepultan a las recientes en cuestión de horas aún haya discusiones entre mis amigos sobre la mordida de Luis Suárez a Chiellini en la primera fase de Brasil 2014. Quizá se deba a que el mundial de fútbol es el escenario donde se desarrolla el drama más visto por la humanidad, y no hay duda de que el teatro, sobre todo si es testimonial, remueve en los espectadores aquellas nociones que parecían largamente asentadas. Cómo explicar, sino, que varios amigos uruguayos a quienes aprecio por su sentido crítico hayan convenido en justificar la mordida. O que hasta su presidente, un personaje admirado por quienes luchan por la igualdad y justicia social, también la defienda. Pero esta noción de la Copa del Mundo como teatro ante el escenario del planeta siempre será una explicación parcial. La dramaturgia confronta al espectador y lo lleva a tomar posturas, pero eso no explica que casi todo un país defienda un hecho que puede ser detestable para el resto. Y me trasladaré de Uruguay al Perú para hacerme entender mejor: imaginemos que en el partido definitorio para asistir a este mundial, ese último partido que nos hubiera dado el pase para cantar nuestro himno en canchas brasileñas, el ?Loco? Vargas hubiera mordido a un defensa del equipo contrario. ¿Qué tal si hubiéramos ganado y clasificado? ¿Nuestras portadas no habrían ensalzado a nuestros futbolistas como gladiadores? ¿Muchos de los peruanos que ahora critican con aspereza al uruguayo Suárez no habrían tratado con cierta indulgencia al atacante peruano?Los antropólogos saben mejor que yo aquella teoría que presenta al fútbol como una sublimación de los conflictos tribales de nuestros ancestros. Ese...

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