La aventura moral.

AutorCueto, Alonso
CargoCULTURA

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

El soñado bien, el mal presente de Miguel Giusti es un libro que he leído con enorme interés a pesar de ser un lego en la materia. Trata sobre la ética y la moral, uno de los pocos temas acerca del cual todos los seres humanos tienen una opinión propia. El intento de Giusti es el de buscar unas constantes esenciales. Si no podemos ponernos de acuerdo en algunas características comunes a las nociones de la ética y la moral, la vida en sociedad sería imposible. El libro se refiere con frecuencia a un asunto básico para todos nosotros: una concepción valorativa de la vida.

Viniendo del mundo de la literatura, es decir del oficio de contar y de leer historias, el libro ha despertado muchas preguntas y temas inquietantes. En la primera página, Giusti se pregunta qué es la ética y, de inmediato, a modo de primera respuesta, cuenta una historia. Ya me parece revelador el hecho de que contestara a una pregunta que exigía quizá una respuesta conceptual con una respuesta concreta, es decir una historia. Las historias a veces son las respuestas más adecuadas a las preguntas conceptuales. De hecho, los mitos, las religiones y con frecuencia la historia de los países son respuestas a través de relatos a las preguntas esenciales que nos hacemos. Giusti recuerda uno de los últimos pasajes de La Ilíada, a mi juicio uno de los más conmovedores de la historia de la literatura. Aquiles desafía a Héctor frente a las puertas de Troya, pelea con él y, luego de matarlo, ata su cadáver a su carro y lo arrastra repetidas veces alrededor de la ciudad amurallada para exhibirlo frente a sus conciudadanos y familiares, con la intención de entregarlo luego a los perros. Este es un acto que rompe todos los límites, un acto que él llama de desmesura, que provoca las protestas de los hombres y los dioses. El ensañamiento de Aquiles ante su enemigo muerto rompe con todas las convenciones de lo que se consideraba por entonces los límites de la mesura. Los dioses impiden que el cuerpo de Héctor se deteriore y alientan a Príamo a recuperarlo. Lo inesperado, lo revelador, es que cuando la respuesta de Príamo llega no es igualmente violenta o dura. El rey Príamo, padre de Héctor, se presenta ante Aquiles para pedirle el cadáver de su hijo. Príamo le recuerda a Aquiles que él también ha tenido un padre y, en una escena prodigiosa, besa las manos homicidas que han matado a su hijo. Entonces se produce un momento memorable, pues el guerrero invencible, ensañado y feroz que es Aquiles, se compadece de Príamo y se conduele con él. Lo que Príamo reclama no es la muerte de Héctor, que es finalmente uno de los avatares previsibles en un soldado en la guerra, sino el ensañamiento de Aquiles, su desmesura.

La ética, entonces, sería esto, una reflexión sobre una concepción valorativa de la vida que se cuestiona sobre la mejor manera de vivir dentro de unos límites que no...

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