La montaña rusa de las materias primas

Por carmen reinhartProfesora de la Universidad de HarvardEl superciclo global de las materias primas no es un fenómeno nuevo. Si bien los detalles varían, los exportadores de commodities primarios tienden a actuar de la misma manera y los resultados económicos suelen seguir patrones reconocibles. Pero el elemento de previsibilidad en el devenir del ciclo de precios de las materias primas, como sucede con el recorrido de una montaña rusa, no hace que sus giros y vueltas sean más fáciles de tolerar.Desde fines del siglo XVIII, se han producido siete u ocho auges de los precios de las materias primas no petroleras, en relación con el precio de los productos manufacturados. (La cantidad exacta depende de cómo se definan los altibajos). Los auges normalmente duraron 7 a 8 años, aunque el que comenzó en 1933 se prolongó casi dos décadas. Esa excepción se debió primero a la Segunda Guerra Mundial y luego a la reconstrucción de posguerra de Europa y Japón, así como al rápido crecimiento económico en Estados Unidos. El auge más reciente, que comenzó en el 2004 y terminó en el 2011, es el que mejor se adapta a la norma.Los colapsos de los precios de los commodities ?con altibajos de más del 30%? tienen una duración similar ?duran unos siete años, en promedio?. El colapso actual va por su cuarto año, y los precios de las materias primas no petroleras (en relación con los precios de exportación de los fabricantes) cayeron hasta el momento alrededor del 25%.Los auges de los precios de las materias primas están normalmente asociados a crecientes ingresos, posiciones fiscales más fuertes, apreciación de las monedas, caída de los costos de endeudamiento e ingresos de capital. Durante las recesiones, estas tendencias se revierten. Por cierto, desde que comenzó el desplome actual hace cuatro años, la actividad económica para muchos exportadores de materias primas se ha desacelerado notablemente; sus monedas han caído, después de casi una década de relativa estabilidad; los spreads de las tasas de interés se han ampliado y los flujos de capital se han agotado.El impacto de la recesión dependerá, en gran medida, de cómo se comporten los gobiernos y los individuos durante el período de bonanza. Si perciben que las mejoras en sus términos comerciales son permanentes ?una visión que gana terreno a medida que suben los precios?, los incrementos del consumo y la inversión tienden a superar las alzas de los ingresos, y crece el apalancamiento público y privado. El...

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