El momento de mirar atrás
Por Miguel Ángel Farfán
Recomendación: ?Una vez al año haga una pausa, dé un paso hacia atrás y vea la fotografía de lo que pasó durante todo ese ciclo?. Nicolás Polar es un consultor de empresas y lanza este consejo desde su oficina en la Escuela de Posgrado de la Universidad del Pacífico. La metáfora no es gratuita: suponga que tiene ante usted una imagen enorme de todo lo que sucedió, de todo lo que vivió, y compárela con el cuadro que usted había dibujado un año antes. ¿Se parecen? ¿Hizo realidad sus objetivos? ¿Le fue mejor? ¿Peor? A menos de tres semanas para que el 2012 sea parte del pasado, muchos empresarios, en especial los que se dedican al comercio, deben estar atareados, apurados por conseguir ?reponer? mercadería o por atraer a más clientes; en plena faena. Hacer una evaluación en esas condiciones podría sonar excesivo, mucha chamba. Pero Jaime Ballón, asesor de negocios y expositor del IPAE, afirma que más bien las empresas en esta época ?en la campaña navideña y de fin de año? deberían ser como máquinas en marcha que trazaron su ruta. ?Un emprendedor proactivo planifica campañas con un año o mínimo siete meses de anticipación, no debería tener imprevistos y por tal motivo puede hacer la evaluación anual?, dice.
Pero no muchas empresas pequeñas y medianas lo hacen (las grandes, por lo general, sí). En psicología existe lo que se llama la ceguera de atención. Es un fenómeno por el cual las personas que están concentradas en el cumplimiento de un objetivo (vender más, por ejemplo) no miran lo que está alrededor y mucho menos el pasado. Solo existe el presente (el trabajo) como medio para llegar al futuro (la meta). No se debe ser víctima de esto porque, como dicen los historiadores, no se puede proyectar el futuro (la visión de su empresa a cinco o diez años,) sin entender el pasado. Para eso es importante la pausa de la que habla Polar.
Lilian Salas, capacitadora del Centro de Desarrollo Empresarial de Cofide, explica que hay otro fenómeno: los humanos, en su vida personal y laboral, tienen miedo de reflexionar sobre lo que vivieron. Se saltan la etapa de la autoevaluación al fin del año y avanzan sin freno en su vida cotidiana como si estuvieran en piloto automático. Ella lo ve a diario en su trabajo y ahora en su oficina explica las consecuencias. ?Se pierden oportunidades de negocio porque nunca se supo qué estuvo bien y qué estuvo mal?.
Aunque no siempre es así. Por la profesionalización de las empresas, quizá menos...
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