A mitad de camino al 2016.

CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Desde el momento en que Ollanta Humala se alzó con el triunfo en junio de 2011, la oposición empezó su trabajo con vistas a recuperar el poder perdido en las próximas elecciones de 2016. Cuando las cámaras de televisión lo buscaban para entrevistarlo, la oposición, valiéndose de las dóciles conductoras de los programas políticos, se encargaba de acosarlo, de fastidiarlo, de incomodarlo. El paréntesis que significa el gobierno de Humala debe tener sus corchetes bien diseñados y el Presidente Constitucional de la República no debe moverse ni un milímetro del cuadrado en el que lo han enjaulado. La hipótesis del presidente cautivo, controlado, fiscalizado, es bastante cierta. No puede hacer mucho y si se propone hacer algo le caerán encima. La consigna es clara, simple y rotunda: Humala no tiene derecho de proponer nada. No es que a la oposición no le gusten sus iniciativas, el asunto es más macabro aún: no puede proponer, no puede decidir, no puede ser un presidente en funciones. De pretender hacerlo, le lloverá una andanada de improperios desde todos los diarios, las radios y los canales de televisión. Que quede claro: Humala es un bache en el camino. En el 2016 retorna la derecha arrolladora, dura, sólida, convertida en sentido común y en la única opción para el pueblo peruano.

Seis puntos propuestos por Ollanta Humala motivaron, desde el saque, una reacción en contra. Está, por ejemplo, la Ley del Servicio Militar Obligatorio, pero el Congreso la observó y fue suspendida por el Poder Judicial. El Ejecutivo propuso que los trabajadores independientes menores de 40 años aporten a la AFP Hábitat, que ganó la licitación, entre 5% y 8% de sus ingresos mensuales, pero el Congreso suspendió la iniciativa y ha quedado en nada. La intención de compra de una parte de Repsol por el Estado fue muy criticada por los medios. Humala dio un paso atrás y fue muy cuestionado por las encuestas. La Ley Servir también fue una iniciativa de Humala para modernizar el aparato burocrático del Estado, pero el Congreso la observó y fue promulgada con cambios de último minuto que la desfiguran en relación con la propuesta inicial. La llamada Ley de "muerte civil" que impediría que cualquier funcionario de Estado que haya cometido actos de corrupción vuelva a la función pública, no fue promulgada por el Congreso. Debemos mencionar también el proyecto de ley contra la comida chatarra que fue bloqueado por los empresarios de la Sociedad Nacional de...

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