Cómo miramos a Napoleón

Por enrique Planas

Conmemorar al autoproclamado emperador de Francia resulta una situación incómoda.Mientras en las casas de subastas sus mechones de cabello o sus documentos firmados alcanzan precios récord, las ceremonias de homenaje son más bien discretas. Si bien hace quince años el presidente Chirac se negó a participar en las celebraciones del segundo centenario de la batalla de Austerlitz (1805), esta vez el presidente Emmanuel Macron no esquivó las ceremonias, aunque la distancia social impuesta por la pandemia le ayudó a evitar la pompa: la conmemoración del bicentenario de la muerte de Napoleón Bonaparte será discreta, con un presidente participando hoy de un homenaje en el Instituto de Francia y depositando luego una corona fúnebre en su tumba en Les Invalides, donde desde 1840 descansa. En una Europa marcada por la corrección política, hasta las flores desatan controversia.Magistrado del Tribunal Constitucional, apasionado investigador en la vida del Corso y sofisticado coleccionista de la correspondencia napoleónica, el abogado Augusto Ferrero Costa reflexiona sobre cómo el legado napoleónico sigue dividiendo a la sociedad francesa. Para él, es un error reducir su biografía a la enumeración de gestas bélicas, así como valorar sus aportes desde postulados y sensibilidades contemporáneas. ?Si nos ponemos a pensar, Napoleón era más un italiano que un francés. Nació solo un año después que Córcega fuera anexada al territorio francés. A los 9 años consiguió una beca para estudiar en la Academia Militar de Brienne, donde permaneció hasta los 15 años. En ese tiempo, era visto como un extranjero por el resto de sus compañeros, quienes se reían de él a causa de su mala pronunciación y su acento italiano?, explica el constitucionalista.Ciertamente, Napoleón fue un déspota, responsable de guerras que costarían a Europa cuatro millones de vidas. Dirigió los destinos de Francia de 1799 a 1815 y prácticamente llegó a dominar casi todo el continente europeo. Para Ferrero, si bien las críticas son ciertas, por lo mismo podría cuestionarse el legado de la Revolución Francesa. ?A partir de estos fenómenos se consagraron una serie de nuevos derechos que aparecerían en los textos constitucionales de Occidente?, reflexiona.?Tiempos de debate?En momentos en que tanto en Europa como en América las sociedades se polarizan políticamente, la conmemoración por los 200 años de la muerte de Napoleón nos recuerda los logros y fracasos históricos que hemos...

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