Mirada

En el preámbulo del 2024, los peruanos, otra vez, como en la antesala del 2017, somos amenazados por el fenómeno de El Niño (FEN). Según el último comunicado de fines de noviembre de la Comisión Multisectorial Encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen), lo más probable es que su duración se extienda hasta inicios del otoño del 2024 y que alcance una magnitud fuerte (39%) o moderada (38%). Pero ¿qué tanto sabemos realmente sobre este fenómeno?En primer lugar, no es la única vez en nuestra historia que el Perú enfrentará el FEN. Según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú, el ciclo de calentamiento del mar ocurre de manera recurrente por lo menos desde hace 40.000 años. De hecho, nuestros ancestros, las civilizaciones preíncas que se asentaron en la costa como los moche, los lima y los nasca, también lo padecieron. Es más, en el último medio milenio, el Perú ha sufrido los estragos de más de 120 episodios de FEN.En segundo lugar, el FEN se caracteriza por ser no sólo antiguo, sino frecuente. Solamente durante el último siglo, el Perú ha experimentado 24 FEN. De ellos, 11 eventos fueron de magnitud débil, ocho eventos de intensidad moderada, dos eventos fuertes (1957 y 2015) y tres extraordinarios (1925-1926, 1982-1983 y 1997-1998).En tercer lugar, un rasgo distintivo de los FEN de magnitud fuerte o extraordinaria es que suelen durar mucho tiempo. La experiencia peruana muestra que los episodios de FEN de intensidad fuerte y extraordinaria tardan en disiparse, en promedio, más de 13 y 18 meses, respectivamente.Pero la lección más importante no es que El Niño azota a nuestro país con una frecuencia cíclica de aproximadamente cuatro años o que salir de un FEN de magnitud considerable toma más de un año y medio, sino que los FEN ya sean de magnitud fuerte o extraordinaria dejan secuelas de enormes pérdidas económicas que pueden prolongarse por muchos años. La explicación es que cuando el FEN logra alcanzar una magnitud extraordinaria, por un lado, genera una interrupción instantánea en el flujo normal de la producción de bienes y servicios, y por otro, al destruir parte del ?stock? de capital de la economía, ralentiza la capacidad productiva durante un período extenso de tiempo, reduciendo el PBI potencial.Como bien señalan Alex Contreras, Martín Martínez y Ketty Vásquez, los efectos potenciales del FEN dependen no solo de la magnitud del choque, sino también de variables claves como el grado de desarrollo de...

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