Más de un millón de brasileños toman las calles para exigir renuncia de Rousseff

Por Verónica GoyzuetaEspecial para El ComercioSao Paulo. Más de un millón de brasileños pintaron de verde y amarillo la avenida Paulista, principal arteria de Sao Paulo, la mayor ciudad del país. Vestidos con los colores de la bandera brasileña, la marea de manifestantes entonó sin parar el himno nacional, pidió el fin de la corrupción en la petrolera Petrobras y la salida de la presidenta Dilma Rousseff, y de su oficialista Partido de los Trabajadores (PT), que está hace 12 años en el poder. Por lo menos 50 camioneros se unieron a los manifestantes, bloqueando el acceso a la avenida Paulista y algunas estaciones de metro tuvieron que ser cerradas para evitar un colapso en el sistema de transporte. Según datos de la empresa de metro, por lo menos cuatro mil personas entraron en la línea cada dos minutos durante el pico de la protesta. La misma vía había recibido el viernes unas 50 mil personas, encabezadas por sindicalistas, que marcharon en defensa de Rousseff y del patrimonio de Petrobras.Rousseff fue electa para un segundo mandato en octubre del año pasado, con 51% de los votos, en la elección más disputada desde 1990. A pesar de la victoria, Rousseff ya se desgasta desde las manifestaciones de junio del 2013, cuando los brasileños reclamaron por la baja calidad de los servicios públicos. Con menos de tres meses de gobierno, su popularidad cayó casi 20 puntos en febrero, al 23%, con la secuencia de denuncias contra Petrobras y los ajustes económicos que anuncia desde enero.Encerrada en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial, Rousseff se reunió con sus principales ministros para evaluar las manifestaciones y pensar en medidas que alivien la crisis política. Al contrario de lo que se esperaba inicialmente, funcionarios de gobierno informaron que Rousseff realizaría un nuevo mensaje a la nación al término de las protestas de ayer. La información sorprendió, pues fue justamente el discurso que Rousseff hizo el domingo pasado por el Día de la Mujer el detonador de un cacerolazo que culminó con la gigantesca manifestación de ayer. En su mensaje, Rousseff pedía el apoyo de todos para aguantar el ajuste económico y casi no mencionó la corrupción. Fue la gota de agua que derramó el vaso.La protesta de ayer fue organizada en redes sociales por cinco grupos que suman millones de apoyos en Internet. Los manifestantes se dividían entre los que quieren el juicio político de Rousseff; los que piden su renuncia y la de su vicepresidente, Michel...

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