Ser migrante en tiempos de pandemia

Por Óscar Bermeo Ocaña Desde Buenos Aires

?Fue una lucha espiritual?, dice Nadie Huamán Rojas al recordar las dos semanas que pasó aislado en un hotel de Buenos Aires. A fines de mayo contrajo el COVID-19 en la Villa 31, uno de los barrios más vulnerables a la pandemia en la capital argentina.Además de las dolencias físicas, el virus alteró su capacidad intelectual. ?Quería leer, escribir, pero no podía concentrarme. Me dediqué a repasar mi accidentada vida?, cuenta el migrante peruano de 55 años.Nadie, cuyo nombre está inspirado en un pasaje de la ?Odisea?, dejó Chosica en 1993. Enrumbó a Argentina en busca de mejores oportunidades. Fue albañil, gasfitero y vendedor. En el 2007 se radicó en la Villa 31, donde el año pasado dio forma a un viejo sueño: abrir la primera librería en este barrio de 40 mil habitantes, una gran parte de ellos migrantes.?Durante varios años fui acopiando libros que encontraba tirados en la calle. Ahora, los cartoneros me traen libros de segunda mano para comprarles al peso?, comenta.En su stock, que tuvo que desinfectar tras ser dado de alta, tiene más de dos mil libros. Ofrece desde ?La rebelión de las masas? de Ortega y Gasset hasta manuales de medicina. Pero en estos duros tiempos la Biblia es lo que más se vende. ?La fe puede sanar. Además, en la Biblia se habla de plagas y epidemias?, refiere.Los precios son módicos, pero también brinda facilidades de pago a los vecinos. Lo importante es que los libros circulen. ?Me dicen los chicos que ya era hora de que alguien pusiera una librería. Estoy feliz de apoyar así al barrio en este momento difícil. Leer mata el aislamiento?, dice.A pesar de superar el virus, sigue cuidándose. A cada instante escucha de nuevos infectados. ?Aquí hubo un gran numero de infectados, pero muchos no fueron al hospital, prefirieron pasar la enfermedad en sus casas?, cuenta.Menciona que varios compatriotas no pueden enviar remesas a sus familiares debido a que se quedaron sin trabajo. Él se sostiene con la librería y otro proyecto cultural. Además de librero, Nadie es escritor y gestor cultural. Escribió cuatro novelas y una recopilación de autores de la Villa 31. Trabaja en una antología poética con miras al bicentenario del Perú. Aquella tarea alimenta su esperanza en el futuro.?Compromiso social?A Irene Roa le cuesta no salir a la calle. Cada mediodía, con cuatro compañeras, reparte raciones de comida a indigentes o vecinos con carencias, aislados por el COVID-19. ?Desde que empezó la...

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