¿Pirámide o bola de nieve?

Por Juan Paredes Castro. Editor central de políticaCualquiera que tenga a la vista la estructura de la policía peruana se sorprenderá de su feo perfil: más parecido a una chacana que a una pirámide, más burocratizado hacia arriba que operativo hacia abajo.El informe publicado ayer en El Comercio no pudo ser más revelador en sus conclusiones: desde generales que sobran en funciones administrativas hasta la escasez de capitanes y alfereces, pasando por coroneles, comandantes y mayores en permanente búsqueda de ascenso, como el medio más eficaz para obtener mejoras salariales. Todos coinciden en la necesidad de una reforma policial urgente, más aún en medio de la criminalidad que forma parte, entre la angustia, la paranoia y la impotencia, de nuestro modo de vida. ¿Pero cuánta viabilidad encierra este reclamo?La mayor contribución de sucesivos presidentes, jefes de Gabinete y ministros del Interior a los proyectos de reforma policial acumulados hasta hoy es haber convertido la estructura amorfa institucional en una bola de nieve, en la que medio mundo resbala hasta hoy.Así como sobran generales, sobran preguntas: ¿cómo dejar atrás esa estructura de bola de nieve, de modo que la policía pase a ser el núcleo de garantía del orden interno y un factor decisivo en la lucha por la seguridad ciudadana?Seguro el presidente Ollanta Humala, el nuevo primer ministro César Villanueva y el titular del Interior, Wilfredo Pedraza, tienen más de una buena idea y proyecto sobre lo que creen que debe ser la estrategia para enfrentar la delincuencia común y el crimen organizado.Lo que probablemente no se le ha...

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