Una mesa de diálogo aún muy lejana

Por Editor de Mundo

Prácticamente desde que empezó la invasión de Rusia a Ucrania, allá por fines de febrero, una de las preguntas con que eran asediados expertos e internacionalistas era la de cuánto tiempo duraría la guerra. Mucho de análisis, un poco de futurología y un menú variado de respuestas se han sucedido desde entonces.Con el invierno a la vuelta del próximo soplo de viento helado y estando cada vez más cerca de cumplirse un año de la conflagración entre rusos y ucranianos, la pregunta no ha perdido vigencia, por desgracia. Y, entonces, surge con fuerza otra: la de si es que no ha llegado ya la hora de negociar la paz.Desde hace un mes, cuando empezó la lluvia de misiles rusos sobre la infraestructura energética ucraniana ?que tiene el claro objetivo de minar el ánimo de la población, dejándola a oscuras y sin calefacción en esta época del año?, retomaron también ambas partes el discurso de las negociaciones que pongan fin al conflicto, pero más como una obligación que como un interés real.Solo así se explica que esta misma semana el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, haya dicho que depende de Kiev poner fin a la guerra: ?Puede terminar mañana mismo, si [Volodimir Zelenski, mandatario de Ucrania] así lo desea?, dijo con una sonrisa de medio lado que esconde más cinismo que realismo.Realismo que también le falta a los cinco requisitos o condiciones puestos por Zelenski a Moscú a principios de noviembre para entablar diálogos de paz; entre ellos, la restauración de la integridad territorial, el pago de todos los daños causados...

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