Merkel vence pero tendrá que cambiar de aliados

Por idafe martín pérezAngela Merkel seguirá otros cuatro años al mando de la primera potencia europea, pero perderá a sus socios de coalición (los socialdemócratas) y tendrá que pactar, previsiblemente, con liberales y ecologistas. Al cierre de esta edición, la CDU/CSU de Merkel cayó del 41% al 33%, los socialdemócratas bajaron del 25% al 20%, los ecologistas aguantaron con un 9% y la extrema izquierda con un 8,7%. Entra por primera vez en el Bundestag desde 1960 la ultraderecha, reencarnada en Alternativa por Alemania (AfD) con un 13,1% y vuelven a ganar escaños los liberales, que suben de 4,8% a 10,4%. ?Auge de derecha?A pesar de que los sondeos pronosticaban la llegada de la ultraderecha al Bundestag, empujada por quienes rechazan la presencia de refugiados, su resultado es un choque en toda regla. En la antigua Alemania Oriental son la segunda fuerza política y se acercan más a sus vecinos polacos o húngaros, que votan desde hace años por partidos similares. Merkel ya dijo anoche que la ultraderecha supone ?un nuevo y gran desafío?. La caída socialdemócrata al 20%, su peor resultado en décadas, es otro paso atrás más de la socialdemocracia en Europa a pesar de que su candidato era bien valorado en las encuestas y que las desigualdades sociales aparecían como una de las grandes preocupaciones de los electores junto a la reforma migratoria. ?¿Un nuevo rumbo??La formación de la previsible ?coalición Jamaica? (los colores de la CDU/CSU, los liberales y los ecologistas coinciden con los de la bandera del país caribeño) deberá compaginar las grandes diferencias entre los programas de liberales y ecologistas. Mientras los ecologistas buscarán que Alemania se comprometa definitivamente con la lucha contra el cambio climático, el previsto cierre de las centrales nucleares y podrían ser más abiertos en materia de inmigración, los liberales llevan una agenda migratoria más dura que la de Merkel. Durante la campaña electoral, rechazaron los planes esbozados desde Bruselas y París, a los que Merkel había dado un visto bueno...

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