Acercándonos al Mercosur

Por Carlos Adrianzén (*)

A los latinoamericanos nos encanta hablar de nuestro pasado. O para autocomplacernos o para deprimirnos. De nuestro futuro ?y de lo que tendríamos que hacer para construir alguno mejor? en cambio, nos gusta hablar poco. No es solo que el dibujar secuencias de objetivos y políticas sobre un horizonte de desarrollo agresivo puede resultar un ejercicio ambicioso y hasta lejano o políticamente espinoso. El problema implica que visualizar un futuro significa comprometerse con él.

Así pues, resulta mucho más fácil apostar a repetir que ya somos ricos (por nuestras dotaciones de materias primas, por nuestra extraordinaria biodiversidad o por nuestra importancia geopolítica global), y que ?por lo tanto? bastaría con redistribuir y unirnos para que recuperemos idílicos predominios pasados o corrijamos frustraciones, pobrezas, desigualdades y atrasos.

Pero esto no es todo. Notemos que una región como Latinoamérica, comprometida con su pasado y de espaldas al futuro, ha configurado un ámbito del planeta cada vez más acomedido y pequeño. Comparando el producto por habitante latinoamericano con el de un país rico (digamos Estados Unidos), este se ha comprimido en 2,2% en las últimas cinco décadas. No es que Latinoamérica no haya crecido, es que Estados Unidos ha crecido mucho más. Reconozcámoslo: nos hemos alejado de la cambiante noción de ser desarrollado y configuramos un porcentaje pequeño y relativamente similar al que tuvimos a inicios de los años sesenta (6,1%).

A pesar de lo anterior los peruanos contemplamos hoy acercarnos más al Mercosur. Ese ejemplo de libro de texto de un acuerdo comercial fracasado y mercantilista en el cual...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR