Mercado de barrio, alma de pueblo.

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CargoCIUDADES IMAGINADAS

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

En el barrio que nos vio nacer, erguido sobre esperanzas y recuerdos, se halla el mercado de abastos. Los pocos metros que lo separan de la vivienda familiar y la multicolor efervescencia que allí se respira, lo señalan como un punto de encuentro social que ha contribuido eficientemente a la construcción de la identidad del pueblo que lo cobija. Sin embargo, muchos creen que el comercio tradicional es una especie en vías de extinción porque no ha sabido asumir nuevas actitudes ante la modernidad, representada por los supermercados. Pero, a pesar de esa posible agonía, nadie podrá negar que es este tipo de comercio urbano el que ha cumplido el rol dinamizador e integrador de las sociedades.

UN POCO DE HISTORIA

El comercio nace con el ser humano, cuando el hombre se da cuenta de que para satisfacer sus necesidades requería parte de los productos que otros poseían. La necesidad de abastecimiento promovió la comunicación entre las personas y condujo a los intercambios o trueques. Esa es la esencia del comercio, importante actividad promotora de relaciones sociales y generadora de comunidades. Los mercados nacen con los pueblos y las ciudades. Este espacio de transacciones aportó de manera significativa al desarrollo y evolución de lo que hoy son nuestras urbes.

En Lima, desde la Colonia hasta el siglo XIX, el comercio menudo y diario se realizaba en las plazas, especialmente en la plaza mayor. Esta actividad mezclaba a hombres y mujeres de diferentes clases sociales. En el siglo XX, con el crecimiento de la ciudad, aparecen mercados municipales en todos los distritos, y de la misma manera se desarrollan centros de abastos por iniciativas populares.

En busca de reducir costos de operación y obtener un mayor beneficio para el negocio, en 1916 el estadounidense Clarence Saunders patenta el formato del supermercado. Él vio que la atención > de los comercios tradicionales representaba un retraso en la capacidad de venta. De allí en adelante la optimización de este formato comercial ha apuntado a que el cliente compre más. Los carritos de compras y la faja transportadora de productos han sido diseñados para acelerar las compras y no para dar comodidad al comprador.

Supermarket, Tía, Monterrey, Todos, Scala Gigante, Galax y Super Epsa fueron los pioneros del supermercadismo limeño. Aparecieron en la década de 1960, tuvieron un crecimiento inicial muy interesante, pero hacia finales de la década de 1980 sucumbieron sumergidos en terribles crisis económicas. Tales quiebras, debido a las características operativas de estas empresas, significaron pérdidas para las entidades bancarias nacionales. El mercado de barrio también entró en crisis, sin embargo pudo soportarla, asumió sus pérdidas y sobrevivió sin afectar al sistema financiero.

Durante la década de 1990, gracias a la relativa estabilidad económica, la tienda Wong inicia su incursión como cadena de supermercados, aplica nuevos conceptos comerciales, logra desarrollarse y fomenta el ingreso de otras inversiones, como Santa Isabel y todos los que han llegado después...

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