Una mera formalidad que debe terminar

Por Economista

En un mundo cada vez más digitalizado, es increíble que la ley siga exigiendo libros de contabilidad legalizados por notario. Hay en los registros de la Sunat más de tres millones de empresas, desde las unipersonales hasta las sociedades anónimas abiertas, y más de nueve millones de trabajadores independientes. Si cada uno legaliza un libro al año, son más de S/700 millones que se transfieren a las notarías. Así como el premier Otárola ha pedido facultades legislativas para simplificar el régimen tributario, debería también pedirlas para eliminar esta obligación, que es una mera formalidad.Decimos ?mera? porque no cumple ningún propósito útil. ¿Qué valor agrega a la sociedad la firma de un notario en un libro que llega y sale en blanco de su escritorio? Ninguno. ¿Puede certificar el notario que lo que allí se anote reflejará de manera fidedigna la actividad económica de esa persona o empresa? No. ¿Puede dar fe de que no se va a llevar una contabilidad paralela? Tampoco. Entonces, ¿para qué sirve la legalización?El costo de la legalización es insignificante para una empresa grande, pero no lo es para las pymes ni para la mayoría de profesionales independientes. Los derechos notariales, sin embargo, son solamente una transferencia de un bolsillo a otro. Lo que, en realidad, pierde el país es lo que dejan de producir las pymes a consecuencia de la merma de su capital y los independientes en las horas dedicadas a ese trámite. También, por cierto, las horas que los notarios y su personal distraen de otros servicios para los que sus calificaciones son más necesarias que para poner sellos y goma en un libro; y, por último, lo que cuesta producir los...

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