Mejores que bonos y acciones

AutorThe Economist

"El proceso para que la inflación vuelva a 2% será largo y es probable que sea incómodo", declaró ante el Congreso estadounidense el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, el 7 de marzo. Data económica reciente indica que "es probable que el nivel máximo de las tasas de interés sea más alto de lo anticipado". Es un mensaje que Powell y sus colegas han estado repitiendo, de varias maneras, desde que la Fed comenzó a subir las tasas, hace un año.

Pero como muchas veces, los mercados, que estaban sumidos en la complacencia, se asustaron y comenzaron a vender. Los inversionistas de cartera son reacios a creerle a Powell, porque sus palabras les resultan desagradables, Un portafolio ideal tendría una mezcla de clases de activos financieros que prosperen en distintos escenarios económicos. Pero a todas las clases tradicionales efectivo, bonos y acciones les va mal cuando la inflación es elevada y las tasas de interés están subiendo.

La inflación erosiona el valor del dinero y los cupones que pagan los bonos a tasa fija. El aumento de las tasas de interés empuja a la baja los precios de los bonos para así alinear sus rendimientos con los que predominan en el mercado, y noquea los precios de las acciones pues hace que hoy sean menos valiosas las ganancias futuras. Los investigadores académicos El roy Dimson, Paul Marsh y Mike Staunton lo demuestran en el anuario del banco Credit Suisse sobre rentabilidad de inversiones globales.

Su estudio muestra que a nivel global, entre 1900 y el 2022, tanto acciones como bonos vencieron a la inflación fácilmente, con retornos anualizados reales de 5% y 1.7%, respectivamente. Pero durante años de alta inflación, ambos tuvieron un mal desempeño. En promedio, los retornos reales de bonos pasaron de positivos a negativos cuando la inflación fue superior a 4% (para las acciones, alrededor de 7.5%). En años de estanflación, alta inflación y bajo crecimiento económico, las cosas empeoraron. Las acciones perdieron 4.7% y los bonos, 9%.

En otras palabras, ni bonos ni acciones son protec- ción de corto plazo contra la inflación, aunque la superen en el largo plazo. Pero esta desalentadora conclusión está emparejada con una muy buena. Los commodities, que son fuente frecuente de inflación, ofrecen protección eficaz. Es más, los futuros de commodities, contratos que ofrecen exposición pero que no requieren la compra efectiva de dichos bienes se ven como el activo financiero soñado para inversionistas...

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