El mejor mundial

Por Jorge Barraza. PeriodistaNunca un mundial se consiguió tan fácil. Para impedir una lucha tan feroz en las candidaturas como la que se entabló entre Alemania y Sudáfrica para el 2006, la FIFA instauró el principio de rotación por continente. Uno para cada uno, cero conflictos. Y a Brasil le cayó del cielo el 2014.Recordemos aquella batalla: Sudáfrica era favorita y así lo reflejaba la prensa. Había una suerte de satisfacción internacional porque se llevaría por primera vez la máxima fiesta del fútbol a la región más desfavorecida del planeta. El mundo aguardaba el anuncio ese 6 de julio del 2000. Había fuegos artificiales preparados en Johannesburgo, Pretoria, Ciudad del Caboy#8230; Sin embargo, un Joseph Blatter acusadamente serio, pálido casi, se presentó en la tan esperada conferencia de prensa posterior y pronunció las consabidas palabras ?y el vencedor esy#8230;?, mientras extraía de un sobre un cartón blanco con la palabra ?Deuschtland?.¿Qué había pasado? En la elección, las huestes de Beckenbauer y de Mandela protagonizaron una pelea encarnizada por cada voto (son 24). Igualaron 11 a 11 en la primera vuelta y al caerse las postulaciones de Marruecos e Inglaterra, cada uno de estos votaría en segunda vuelta por su continente, con lo cual quedarían empatados en 12 votos germanos y africanos. Pero, en última instancia, el neozelandés Charles Dempsey se abstuvo y permitió el triunfo de Alemania por 12 a 11, evitándole a Blatter la incomodidad de desempatar.Los analistas dijeron que a la FIFA no le convenía Sudáfrica porque hubiese tenido que aportar mucho dinero para ayudar a organizar la Copa, mientras Alemania solventaba los gastos y garantizaba un mundial impecable. A manera de resarcimiento, la FIFA ideó el principio de rotación y así le dieron automáticamente el torneo del 2010 a África.Apenas se instauró el sistema rotativo, Brasil pensó: ?El próximo tiene que ser en Sudamérica?. Y se movió rápido. Pasó una nota en la que pidió a sus vecinos el apoyo para postular. Le firmaron sin chistar. Luego...

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