Médico en Comas.

AutorVargas Lopez, Carlos
CargoDIARIO VIVIR

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

La vida de un interno de medicina es muy diferente a la de los comunes mortales. No quiero decir que seamos seres superiores, pero sí personas muy distintas al resto.

Muchos no saben realmente lo que hace un interno de medicina, es más, no saben exactamente lo qué significa. Pues un interno es un estudiante--a pesar de que la mayoría de pacientes lo llame doctor--del séptimo año de medicina, el último de la carrera. Este año es la última oportunidad para aprender, para practicar. Te puedes equivocar, ya que aún no eres un médico recibido.

Resumiré lo que hago como interno. Son las 5 a.m., y mientras unos siguen durmiendo, otros nos levantamos. Hago mi internado en el Hospital Marino Molina Sccipa, hospital nivel I de EsSalud. El hospital queda en Comas, distrito de difícil acceso para alguien que vive en San Isidro. Movilizarse hasta ese lugar sería prácticamente imposible si no fuera por el transporte "para todos", el Metropolitano, que me ofrece dos formas para llegar a mi destino, tomar la ruta B o el expreso 3.

El expreso 3 es el primero que sale y me lleva a la estación Naranjal, último destino, en casi cuarenta minutos, debido a que no se detiene en todos los paraderos. La ruta B demora casi sesenta minutos pues se detiene en diecinueve paraderos desde Canaval y Moreyra hasta Naranjal. Tomo la primera porque quiero llegar veinticinco minutos más temprano y la segunda porque lamentablemente es domingo y no hay expreso 3. Hay días que tengo suerte porque encuentro un asiento libre y viajo tranquilo leyendo mi "mataburro". Los otros días voy parado, a menos que encuentre esos asientitos rojos, los reservados, rogando que no venga un adulto mayor, un lisiado o una gestante.

Pero todo no acaba ahí. Para llegar al hospital debo tomar otro bus que también forma parte del consorcio del Metropolitano, las no muy conocidas "alimentadoras". Existen dieciocho rutas alimentadoras que van hacia destinos inexistentes para muchos y vitales para otros. Felizmente dos alimentadoras me llevan a mi destino, la alimentadora 17, llamada Santo Domingo, y la 18, llamada Tungasuca. No sé realmente cuál sea su destino final, lo único que sé es que ambas rutas salen de la estación Naranjal, van por toda la avenida Metropolitana, doblan a la derecha en la avenida Universitaria y llegan a mi paradero, que se llama "Seguro".

Siempre ingreso al hospital por la puerta de emergencia, donde, por falta de espacio, los pacientes colman los pasillos...

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