Los mecanismos de la creación

Por catherine contrerasLa curiosidad es la puerta de ingreso al arte. Y también el recurso que conduce a descifrar los mensajes encriptados en la obra de Fernando Otero, creador de cajas-objeto que invitan a observar y reconocer en ellas el camino hacia su mundo íntimo.Por la calle Ocharán no circula casi nadie. Tan silenciosa como estrecha, esta vía miraflorina es tan cercana como distante, y para algunos ?como el camión de la basura? imposible. Así le gusta a Otero que sean algunas cosas. Por eso el artista pasó de la pintura figurativa de sus primeros años a las esculturas e instalaciones, obras que hoy se alista a presentar bajo el título "Territorios" en la barranquina CEDE Galería. Este nuevo espacio ?reconoce? lo atrae porque "desencaja" su obra y despierta en él sentidos diferentes.?Artista rebelde?A los 13 años, Fernando Otero empezó a pintar. Primero detrás de las hojas de sus exámenes escolares y luego sobre el lienzo, en el taller de un español como él (Otero nació en Vigo) que ayudó al artista a definir sus caminos de interés.Fue un escolar que se rebeló a la enseñanza formal, pero asumió con decisión la carrera de Artes en la Católica, y aunque estuvo a punto de graduarse, no lo hizo porque prefirió liberarse de lo oficial. Pasaron casi 10 años antes de que, en el 2004, estuviera listo para revelar su arte al mundo."Mi primera muestra individual fue en Fórum: pintura, formatos grandes, que considero más difícil que los chicos. Manejar esa proporción requiere aislamiento", nos dice. Se refiere al retiro físico ?que lo hay, y mucho, en su estudio, que es a la vez su hogar? y al psíquico, que es abstraerse para luego volver sobre el universo creado."La pintura tiene un prestigio histórico", reconoce Otero, tratando de explicarnos por qué empezó con la pintura y luego pasó a la escultura entendida como objeto artístico. "Uno tiene que atravesar el cliché, vivir sin él", remarca. ?Objetos de valor?"Ya nada volverá a ser igual", la exposición que Fernando Otero presentó el 2013, mostró ese cambio profundo en su mirada artística. Coincidió con que el artista construyó su propio espacio, uno amplio, geométrico, lineal, casi un contenedor de su vida y de miles de objetos que ha ido reuniendo con mirada de coleccionista, más que de cachivachero. "Mi casa soy yo. Y a partir de su construcción resurgió mi yo coleccionista. Son objetos que son recuerdos, ideas, anhelos", reflexiona, remitiéndose a aquellos días en que descubrió cajones...

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