Matando al mensajero

Esta semana circuló en el congreso argentino un proyecto de ley que pretende expropiar la mayoría de las acciones de YPF, la petrolera privada de capitales españoles. El motivo del intento de expropiación es que en los últimos años la empresa no habría invertido lo suficiente en la producción de hidrocarburos, lo que a juicio del gobierno de Cristina Fernández sería el origen de la grave crisis energética que atraviesa su país. Vale la pena que en el Perú reflexionemos sobre estos eventos. Al fin y al cabo, si tantos políticos locales se niegan a aprender de los errores propios, quizá haya la oportunidad de que, con la cabeza un poco más fría, aprendan de errores ajenos.

Argentina atraviesa serios problemas energéticos. Hace mucho que el combustible escasea y que las reservas no se explotan. Esto llevó a que durante el 2011 el país tuviese que importar más del doble del combustible que el año anterior. El Gobierno ha encontrado que la conveniente culpable de estos problemas sería la falta de inversión de las avariciosas empresas petroleras. Para entender cómo esto es mentira, es necesario remontarnos diez años atrás.

Hace casi una década, el gobierno de Néstor Kirchner congeló por decreto los precios del gas y del petróleo. Es decir, prohibió que las empresas de hidrocarburos fijen los precios de sus productos y decidió que estos serían determinados por la burocracia argentina, que buscaría, por el bien de todos sus ciudadanos, que estos se mantengan a niveles bajos, aparentemente razonables y accesibles. Y es así como, en diez años de consecuencia con su decisión, el Gobierno no ha cambiado el precio que impuso para los combustibles.

Este aparente acto de benevolencia del Gobierno Argentino fue, en realidad, más que una torpe metida de mano en un muy preciso y delicado mecanismo que aquel no comprende ni, pese a todo su voluntarismo, puede controlar. Ignora que los precios son mensajeros. Cuando un bien escasea la gente está dispuesta a pagar más para conseguirlo. Esto hace que su precio suba y lleva el mensaje a los empresarios de que existe una necesidad insatisfecha y que, por tanto, producir ese bien es una buena oportunidad de...

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